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Una hora después del toque de ánimas cada noche se cerraban las puertas de las murallas

Una hora después del toque de ánimas cada noche se cerraban las puertas de las murallas y se cerraban los templos hasta el amanecer del día siguiente.

El momento para meditar sobre las Animas era el amanecer y atardecer, entre  la luz y la oscuridad. La Virgen de la Aurora constituye una devoción muy habitual en las hermandades de ánimas como la disipadora de los temores nocturnos. A partir del toque de queda, una hora después del toque de Animas solo quedaban en las calles quienes desafiando la ley se dedicaban a actividades ilicitas o inmorales.

En Marchena encontramos en el callejero sus huellas. Las calles Animas y Purgatorio, hoy Luis del Motor. Y las hermandades de Animas de San Juan, San Miguel, San Sebastián, y los conventos de Santo Domingo y San Francisco.

Las hermandades de Animas que nacen en Sevilla en el XVI, (1528) se encargaban de enterrar a los difuntos pobres, para lo que disponían del ajuar correspondiente (paño mortuorio, candelabros, cirios, crucifijo), de bóveda y de dinero para que se desarrollara el sepelio con la máxima dignidad. Además organizaba cultos, preparaba los oficios de difuntos y los toques de Animas al atardecer.

La Hermandad de Animas del Convento de San Francisco de Marchena se funda en 1595 estando limitada a 50 hermanos y siendo el Duque su patrón.  La Hermandad de Animas de San Miguel se fundó en 1585 y la de San Juan en 1584.

Bóveda de la capilla de Animas de San Sebastián.

Pronto las hermandades de Animas se hicieron ricas y poderosas por las casas  que les donaban los fieles, por lo que en el XVIII incluso financiaron obras públicas,  pedían limosna pública y trataron de limitar que las demás hermandades lo hicieran.

RIQUEZAS DE LA HERMANDAD DE ANIMAS DE SAN JUAN

Reorganiza en 1584 por Juan Fajardo, fue su primer rector Sebastián de Heredia, visitador del Arzobispado de Sevilla y vicario de Marchena. Los vicarios eran sus hermanos mayores aunque se elegía al rector cada año quince días antes del día de difuntos.

Tenia 30 hermanos, con números clausus. En 1620 era rector Juan Luis Guillermo de Fuentes, escribano de cámara del Duque de Arcos.

Además pedía limosna por las calles, la «limosna de Animas»; el encargado de este cometido era Sebastián de Alcalá desde 1724. En 1729 las hermandades de Animas y Sacramentales, inician autos para limitar que el resto de hermandades pidieran limosna callejera.

«Yten, en la Octaua de Todos Sanctos sean obligados a hazer una fiesta por las Ánimas de Purgatorio, diziendo su missa con ministros y sermón e se pague de la Hermandad». Reglas de Animas de San Juan.

En 1792 el mayordomo de la Hermandad de Animas de San Juan pide al ayuntamiento que se le concedan las dos casillas situadas en la Plaza de Abajo para construir unos baños  junto a la Fuente de San Antonio.  Los baños tenían cuatro piezas una que servía de depósito de aguas de baños  y la restante para lavadero pero amenazando el edificio una total ruina se reformó y amplió en 1829.

En el XVIII las hermandades de Animas pedían limosnas por las calles acompañados de canticos populares no sin algunos excesos por lo que esta costumbre fue prohibida. Además en este siglo proliferaron los rosarios públicos en los que también participaron las hermandades de Animas.

El Cristo de las Ánimas o de Sangre, la Virgen del Carmen y de la Aurora, San Gregorio y San Miguel por distintos motivos se convierten en devociones asociadas a las Animas. San Miguel por ser en la tradición católica quien acompaña a las almas al mas allá. Estas imágenes aparecen en los altares de Animas.

«Yten, que sean obligados todos los hermanos los lunes de cada semana a estar en la missa que por las Ánimas de Purgatorio se dize y assí mismo aconpañen la processión con sus lumbres encendidas».  Regla de Animas de San Miguel.

Las penas  estaban relacionadas con el fuego como elemento sagrado purificado que preside un rito de paso en el que el alma rejuvenecerá.