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Porque el azul ultramar es el pigmento más caro de la historia y «el color de Dios»

Te has parado a pensar que no hay nada azul en la naturaleza salvo el cielo?. La historia del arte se puede contar a través del azul. Fue el pigmento más caro de todos los tiempos. Cualquier obra de arte pintada con azul ultramar adquiría inmediatamente la categoría de objeto de lujo. El azul divino.
A diferencia de otros colores, al azul le ha acompañado casi toda su vida la dificultad de encontrar un pigmento intenso y duradero que pudiera ser utilizado en el arte. En la naturaleza hay realmente pocos elementos azules.  Em eñ arte antiguo no se usa el azul.
El antiguo Egipto es una de las primeras civilizaciones que utilizó el color azul. La piedra preciosa lapislázuli era exportada desde Afganistán, y con ella se elaboraban joyas y pigmentos.
El pigmento azul mas caro y usado de la historia es el Ultramar aparecido en el siglo XIII y hecho de lapislázuli, un mineral precioso que se extraía en las minas de Irán y de Nápoles que por su escasez costaba tanto como el oro, y muy pocos artistas podían usarlo.
Habitualmente se usaban para representar a la Virgen o escenas de Dios. Curiosamente este mineral era usado por los egipcios para meditar y comunicarse con los dioses y asi aparece en la mascara mortuoria de algunos faraones.
Desde Asia se empezó a importar un pigmento de azul más claro, conocido como azul ultramarino. La iglesia Católica no tardó en dictaminar que la Virgen María debería ir vestida de este color en las imágenes, sustituyéndolo por el gris, azul oscuro o violeta que se había utilizado hasta entonces.
Durante muchos siglos, el azul siguió siendo el pigmento más caro de todos, por lo que siguió estrechamente relacionado con lo sagrado y el lujo
Así fue como, en muy poco tiempo, el azul se convirtió en símbolo de santidad, humildad y virtud.
Precisamente por su alto precio era usado solo por los mejores pintores que trabajaban para reyes y se lo podían permitir por lo que ha servido para identificar las pinturas de grandes maestros y diferenciarlos de copias posteriores, de menor calidad, y que por supuesto no usaban lapislázuli. Es el caso de este cuadro de José Ribera El Españoleto, pintor de los virreyes de Nápoles y conservado en Marchena, que el mismo Murillo vino a ver y a copiar imitando luego el mismo modelo en sus obras.
Cuando Murillo estuvo en Marchena en verano de 1651, conoció entre las colecciones ducales una obra de Ribera -Virgen con  Niño- que el Duque había traído de Nápoles y se enamoró de ella hasta tal punto que la copió y le influyó en su propio estilo.
Rocío Magdaleno conservadora del Instituto Andaluz de Patrimonio histórico ha realizado una investigación sobre el lienzo La Virgen de Belén  propiedad de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla desvelando que se trata de una obra original de Murillo y que además Murillo vino a Marchena en 1646 a ver la Virgen con Niño de Ribera, que se estaba en el Palacio Ducal.
Ravé cree que el lienzo de Ribera pudo estar entre la producción artística que el Virrey de Nápoles, Rodrigo Ponce de León Duque de Arcos encargó a su pintor de cámara José de Ribera, pintor de los virreyes españoles ubicados en el Palacio real napolitano,  como también hiciera el Duque de Osuna con el mismo pintor.
En plena crisis post epidemia de peste de 1649, Murillo, llega a Marchena el 28 de Julio de 1651 y el Duque Rodrigo Ponce de León y Álvarez de Toledo (1602-1658), Virrey de Nápoles le paga 200 ducados por entregar unos  lienzos hoy no localizados,  según el recibo firmado por el pintor. Marchena era entonces una de las diez ciudades más grandes de Andalucía con 10.000 habitantes.
«Es un Ribera poco riberesco. Porque en la madurez casi al final de su vida se hace luminoso. Conectando así con los gustos de Murillo que siempre lo admiró. Desde sus primeras obras se nota. Y este cuadro lo pudo ver muy pronto en 1651 y nunca lo olvidó» indica Ravé.
El original de esta obra se conserva en el Museo de Filadelfia. Está firmado por Ribera y fechado en 1646. Hasta su reciente restauración se leía 1648 pero la restauración ha adelantado a 1646, cuando el duque era el virrey. Hay una copia de gran calidad hecha por el taller de Ribera en la iglesia de Santa Isabel de Marchena y otra de menos calidad en San Andrés. Otra copia fue entregada por Murillo cuando entró en la hermandad de la Caridad de Sevilla.
«En Marchena hay dos copias o versiones lo que suele indicar que el original pasó por aquí» explica Juan Luis Ravé.  «La copia de Santa Isabel contiene lapislázuli, una piedra semipreciosa más fácil de adquirir en Nápoles. La que hizo Murillo para la Caridad no contiene lapislázuli. Era un pigmento muy caro».
Murillo entregó una copia de este cuadro cuando ingresó como hermano en 1665, probablemente, a propuesta de Miguel Mañara.
El cuadro que copia Murillo de Ribera y que estaba en el Palacio Ducal de Marchena acabó vendiéndose se encuentra en el Philadelphia Museum of Art y es muy similar al que hoy está en Santa Isabel de Marchena.
Tras escapar de la rebelión de Massaniello, el Duque de Arcos se refugió en Marchena y mandó construir varios conventos como el de Capuchinos, que le habían salvado la vida en Nápoles. A cambio de recibir el cuerpo incorrupto de Sor Maria de la Antigua, Santa María y San Andrés. Este último tiene varias obras de arte de origen napolitano. Además en San Agustín de Marchena se conserva un lienzo de San Agustín, otra obra atribuida por Rave a Ribera.
En este tiempo los Neve, están entre los más ricos de Sevilla. Miguel de Neve tio y albacea de Justino de Neve, amigo personal y mecenas de Murillo, estaba casado con Francisca  Ramirez de Cartagena, hija del administradores del Duque de Arcos y caballero 24 de Sevilla Hernán Ramirez de Cartagena. En 1520 Hernán Ramírez de Cartagena secretario y contador mayor del Duque de Arcos la cédula de fundación del Convento de Santo Domingo, de Marchena.
A la muerte de Hernán, su padre,  Miguel de Neve ejerce como administrador de los bienes de su hijo Fernando Ramírez de Cartagena, contra las justicias de Arcos, Marchena, Rota y Chipiona, para cobrar deudas del duque de Arcos según documento con fecha de 2 de Noviembre de 1630.
Luisa Francisca de Neve, hija de Miguel de Neve se casa con Juan Antonio Mañara, hermano del fundador de la Hermandad de la Caridad, Miguel de Mañara y a su muerte, en 1641 con Juan de Saavedra, conde de Castellar. La casa de Arias de Saavedra estaba emparentada con los Ponce de León desde finales del XV. En 1534 Rodrigo Ponce de León, I duque de Arcos,  nombra a Juan Arias de Saavedra y Ponce de León (+1544) tutor de su hijo Luis Cristóbal Ponce de León y gobernador del Estado de Arcos.  Su nieto Juan Arias de Saavedra y Alvarado (Madrid 1617, +21-7-1687?) se casa con Luisa Francisca de Neve Ramirez de Cartagena.