La Casa de la Moneda de Sevilla y la Casa de la Contratación estaban estrechamente vinculadas, ya que ambas instituciones desempeñaron un papel clave en la economía del Imperio español durante los siglos XVI y XVII. Mientras que la Casa de la Contratación regulaba el comercio con América, la Casa de la Moneda procesaba y acuñaba los metales preciosos que llegaban del Nuevo Mundo.
1. La Casa de la Contratación: control del comercio y el oro americano
Fundada en 1503 por los Reyes Católicos, la Casa de la Contratación de Sevilla se estableció con el objetivo de centralizar y controlar todo el comercio entre España y sus colonias americanas. Desde su sede en el Alcázar de Sevilla, supervisaba la llegada de las flotas procedentes de América y regulaba el tráfico de mercancías, personas y metales preciosos.
Entre sus funciones más importantes estaban:
- Gestionar el monopolio del comercio indiano.
- Supervisar el registro y fiscalización de los metales preciosos que llegaban de América.
- Cobrar el quinto real, el impuesto del 20% que la Corona aplicaba sobre el oro y la plata.
- Regular la construcción de barcos y la contratación de marineros y mercaderes.
El Real de a Ocho no solo financió la expansión del Imperio español, sino que también sentó las bases del sistema monetario global, influyendo directamente en la creación del dólar estadounidense y en el comercio internacional. Su legado perdura en el símbolo del dólar y en la estructura económica que hoy domina el mundo.
La moneda que nació en la Casa de la Moneda de Sevilla y que recorrió todos los océanos sigue presente, aunque de manera sutil, en cada billete y moneda de dólar que circula en la actualidad.
2. La Casa de la Moneda: el oro y la plata toman forma
El papel de la Casa de la Moneda de Sevilla comenzaba cuando los barcos llegaban al puerto cargados con plata de Potosí (Virreinato del Perú) y oro del Virreinato de Nueva España (México y Colombia). La Casa de la Contratación se encargaba de inspeccionar, tasar y fundir los metales preciosos, y una vez registrados, eran enviados a la Casa de la Moneda para su acuñación.
La Casa de la Moneda transformaba este oro y plata en monedas como:
- El Real de a Ocho, también conocido como el dólar español, que fue la moneda de referencia en el comercio mundial durante siglos.
- Los Escudos de Oro, utilizados en transacciones de alto valor.
- Los Columnarios, una de las monedas más reconocidas por su diseño con las columnas de Hércules y la inscripción Plus Ultra.
Gracias a la producción de la Casa de la Moneda, Sevilla se convirtió en el principal centro financiero del Imperio español. Estas monedas sevillanas eran aceptadas en toda Europa, en las colonias americanas y hasta en mercados asiáticos como China y Filipinas.
3. La crisis del sistema y el declive de Sevilla
Durante el siglo XVII, la relación entre ambas instituciones comenzó a debilitarse debido a varias crisis:
- En 1640, la independencia de Portugal y la guerra con los Países Bajos afectaron el comercio con América.
- En 1649, la gran peste de Sevilla diezmó la población, reduciendo su actividad económica.
- A finales del siglo XVII, Cádiz comenzó a reemplazar a Sevilla como puerto principal, debido a la dificultad de navegación en el río Guadalquivir.
Finalmente, en 1717, la Casa de la Contratación fue trasladada a Cádiz, y con ello, la Casa de la Moneda de Sevilla perdió su protagonismo. Aunque continuó funcionando hasta el siglo XIX, dejó de ser el centro neurálgico de la economía española.
LA CASA DE LA MONEDA
Del «Plus Ultra» a las barras del dólar: un legado español en el símbolo estadounidense
Uno de los aspectos más curiosos de esta historia es la influencia del símbolo del «Plus Ultra» en el diseño del signo del dólar ($).
El Plus Ultra, que significa Más Allá, era el lema del Imperio español desde Carlos I. En las monedas del Real de a Ocho, este lema aparecía acompañado por dos columnas (las Columnas de Hércules), cada una envuelta por una cinta ondulada con la inscripción PLVS VLTRA.
Este diseño es el origen de la imagen de dos barras verticales con una S en el centro, que evolucionó hasta convertirse en el actual símbolo del dólar ($). En los primeros manuscritos comerciales de la época colonial, los comerciantes estadounidenses solían abreviar el peso español con una P y una S superpuestas, lo que más tarde se estilizó hasta formar el famoso signo del dólar.
Su época de esplendor llegó a partir del siglo XVI, cuando Sevilla se convirtió en el puerto y puerta de entrada de los metales preciosos procedentes de América. A medida que el oro y la plata de las minas de Potosí y Nueva España llegaban al puerto sevillano, la Casa de la Moneda se convirtió en el centro donde se fundían y acuñaban las monedas que circularían por todo el mundo.
Los banqueros genoveses y la financiación del Imperio español
La llegada de los banqueros genoveses a Sevilla se remonta a finales del siglo XV, pero su auge comenzó en el siglo XVI, cuando Carlos I y Felipe II recurrieron a ellos para financiar sus guerras y la expansión del Imperio. Aunque España tenía en sus manos la mayor cantidad de oro y plata del mundo, la Corona necesitaba dinero en efectivo de inmediato para pagar ejércitos, flotas y fortificaciones, por lo que vendía los derechos sobre los metales preciosos a los genoveses a cambio de préstamos adelantados.
Los genoveses, expertos en redes bancarias internacionales, actuaban como intermediarios financieros y monopolizaron la llegada del oro y la plata a Sevilla. A cambio de financiar al rey, recibían en pago el control de los cargamentos de metales preciosos procedentes de América, que luego distribuían a las grandes casas comerciales de Europa.
Los apellidos genoveses en Sevilla
Los genoveses no solo operaban en el comercio y la banca, sino que también se establecieron como una elite influyente en Sevilla, formando una colonia de poderosos mercaderes y prestamistas. Apellidos como Spinola, Centurión, Lomelín, Grimaldi, Vivaldi y Sauli dominaron el comercio y las finanzas de la ciudad.
Algunos de los más influyentes fueron:
- Ambrosio Spinola, cuya familia financió campañas militares en Flandes.
- Baltasar Lomelín, comerciante y banquero con gran influencia en la Casa de la Contratación.
- Los Centurión, que controlaban rutas comerciales con Italia y el Atlántico.
- Los Grimaldi y Vivaldi, quienes participaron en el comercio de esclavos y el envío de mercancías a las colonias americanas.
Muchas de estas familias no solo operaban en Sevilla, sino que tenían casas comerciales en Génova, Amberes, Lisboa y Madrid, creando una red que canalizaba el oro de Sevilla hacia los mercados financieros del norte de Europa.
Un gigante de la numismática europea
La Casa de la Moneda de Sevilla fue, durante siglos, la ceca más grande y productiva de Europa. Su estructura ocupaba una vasta extensión en la ciudad, con talleres, fundiciones y almacenes donde trabajaban cientos de operarios. Se calcula que en algunos periodos llegó a producir millones de monedas al año, convirtiéndose en el motor económico del imperio.
Entre sus producciones más icónicas destacan:
- Los escudos de oro y los reales de plata, que fueron las monedas más utilizadas en el comercio internacional.
- Los «columnarios», con la inscripción PLVS VLTRA, que simbolizaban el poderío de España y su expansión más allá del Atlántico.
- Las monedas macuquinas, con su característico diseño irregular, que eran acuñadas a golpe de martillo.
La calidad de las monedas sevillanas era reconocida en toda Europa y América, y su circulación llegó a ser tan amplia que se utilizaban como moneda de referencia en intercambios comerciales en Asia y el norte de África.
Arquitectura y legado del edificio
El edificio de la Casa de la Moneda de Sevilla, ubicado cerca de la Torre del Oro y el puerto, fue remodelado en el siglo XVIII por orden de Carlos III. Su arquitectura combinaba funcionalidad con belleza, destacando por sus amplios patios, sus arcos de ladrillo y su imponente portada barroca.
Con la llegada de la industrialización y el traslado de la Casa de la Moneda a Madrid en el siglo XIX, el edificio sevillano perdió su función original y fue reutilizado con otros fines. A lo largo del tiempo, ha servido como cuartel, viviendas y espacios administrativos, aunque su huella en la historia monetaria sigue presente.
La Casa de la Moneda hoy
A pesar de los cambios, el legado de la Casa de la Moneda de Sevilla sigue vivo. Hoy, su edificio forma parte del patrimonio histórico de la ciudad, y su historia continúa siendo objeto de estudio por parte de historiadores y numismáticos. Aunque muchas de sus instalaciones han desaparecido, todavía es posible ver vestigios de sus antiguas estructuras y entender su importancia en la Sevilla de los siglos pasados.
Bibliografía recomendada
- García-Baquero González, Antonio. Sevilla, puente de América: la Casa de la Contratación y su papel en el comercio atlántico. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1992.
- Vilar, Pierre. Oro y moneda en la historia (1450-1920). Barcelona: Crítica, 1991.
- Pérez Sindreu, Francisco de Paula. La Casa de la Moneda de Sevilla: historia y economía. Universidad de Sevilla, 1990.
- Gil Fernández, Juan. La Casa de la Contratación de Sevilla y el comercio con las Indias. Sevilla: Fundación El Monte, 2003.
- Marcos Martín, Alberto. Dinero, moneda y crédito en la España Moderna. Marcial Pons, 2000.