El aceite Bético llegaba a las legiones por el Atlántico y no por el Mediterráneo
José Antonio Suárez López
El aceite de la Bética para alimentar a los legionarios se transportaba principalmente por el Atlántico hasta Germania y no a través de Roma como hasta ahora se pensaba según estudio del sevillano José Remesal catedrático de la Universidad de Barcelona.
Roma fue creadora de la primera gran red comercial Europea y primera en comercializar a gran escala el aceite de oliva de la Bética, ya que cada soldado romano consumía un kilo de acite al mes. El aceite Bético llegaba a Francia, Roma, Alejandría y la India, entre otros puntos.
Esta información se recoge en un estudio de la Universidad de Barcelona analizando un total de un millón de datos aportados por las ánforas romanas.
Se ha utilizado la base de datos del Centro para el Estudio de la Interdependencia Provincial en la Antigüedad Clásica (CEIPAC) de la UB, que reúne 43.000 registros arqueológicos con un millón de datos de restos de ánforas de toda Europa, en su mayoría de aceite de Hispania.
Monte Testaccio Roma formado por 50 millones de Anforas de la Betica
Datos que están disponibles en un banco de datos procedentes de multitud de excavaciones arqueológicas conocido como Roman Open Data con el que colaboran importantes universidades de todo el mundo. La ayuda de matemáticos, informáticos y físicos ha permitido a los historiadores reconstruir las rutas comerciales del antiguo Imperio Romano.
La ruta atlántica hasta Maguncia, Germania duraba 44 días mientras que la ruta del Mediterráneo y luego por el valle del Ródano duraba 200 días por lo que la ruta principal fue siempre la Atlántica y no la Mediterránea como hasta ahora se pensaba.
Cada anfora tenía una inscripción pintada o grabada con el peso, la ciudad de origen, el transportista, el día de salida y llegada a Roma. Las ánforas contenían principalmente aceite Bético y al llegar a Roma las ánforas se vaciaban y los restos rotos se depositaban en el Monte Testaccio que tiene alrededor de 50.000.000 de ánforas rotas de aceite de oliva procedente de la Bética, lo que supone actualmente la mayor fuente de datos para estudiar el comercio de la Bética.
Monte Testaccio
El estudio se ha publicado en la revista Journal of Archaeological Science y ha sido elaboraado por el catedrático de la Universidad de Barcelona José Remesal con fondos de la Unión Europea.
El aceite de la Bética era fundamental para alimentar el ejército romano y se transportaba con el buen tiempo de abril a noviembre. La principal ruta para el transporte del aceite, de conserva de pescado y de vino desde la Bética salía de Híspalis, seguía hacia Gades, y avanzada por el atlántico costeando Portugal hasta la Torre de Hércules, (La Coruña) principal faro de la zona, para desembarcar en los Países Bajos y de allí a Germania a pie.