José Gallardo: «Una hermandad del Rocío es un escaparate de su pueblo ante de todo el mundo y una prueba durísima»
José Antonio Suárez López
José Gallardo Velázquez rociero, responsable del Plan Romero de la Junta de Andalucía y jefe del departamento de Vías Pecuarias de la Delegación Provincial del ramo de la Junta de Andalucía expresó ayer en San Lorenzo que una hermandad del Rocío es un escaparate de su pueblo ante personas de todo el mundo.
Pero además es «una prueba durísima» afirmando que «el camino del Rocío es cien veces más complicado y más complicado que el Camino de Santiago porque no hay nada que te distraiga. El camino del Rocío es más intenso, tiene la luz, la plata, la copla, las flores, las amistades y la serena compaña de quien no conoces a tu vera», expresó.
El camino tiene que esta pensando para el que menos tiene, «para el que va andando» y dijo que la base de la romería son los que caminan todo el tiempo detrás de la carreta de Simpecado.
«Al Rocío lo mueve la Fé de una persona y eso se refleja haciendo las cosas con autenticidad» expresó. «Cuando las cosas se hacen de verdad con fe y corazón no hace falta explicar nada, cualquiera lo ve, eso llega y eso es el camino» y señaló que detrás de una carreta no deben faltar peregrinos que vayan acompañando la carreta, donde se crea ese «ambiente auténtico».
Otra cosa importante de las hermandades del Rocío, dijo es que vayan sembrando por donde pasen, tal y como indican las reglas, «con autenticidad, organización y fé y confianza en Dios. El hombre propone y Dios dispone» señaló. «El camino es el camino y para empezar el camino hay que desprenderse de quien uno es, de tu posición en tu pueblo, y pensar en servir que es una faceta importante del camino del Rocío» expresó. «El servicio es un ejercicio de la vocación de un cristiano y es fundamental ejercerlo. El rociero es el que da los buenos días, darle un cigarro al que no tiene quien lo escuche. El Rocío muchas veces es guardar silencio» señaló.
«El camino del Rocío empieza el día que se ha vuelto de la romería» explicó. «las hermandades del Rocío no se han consolidado hasta que un grupo de peregrinos no sale andando de su pueblo y llega andando al Rocío». Como ejemplo puso la hermandad de El Cuervo que iba con Lebrija y esta no tenía por costumbre llevar peregrinos andando. El Presidente comenzó a ir andando detrás del simpecado, andando desde su pueblo y esto impactó y arrastró más gente andando detrás.
«El sacrificio y el servicio son plantas que dan frutos extraordinarios. El Rocío también es luz. Para que el cirio tenga luz se tiene uno que quemar. Hay que quemarse porque los colectivos están formados por personas. Hay que quemarse porque si no te quemas luz no hay. Y esa luz es el Rocío. La luz de nuestro servicio y de nuestro sacrificio» explicó. Esa luz es darle un vaso de agua a un peregrino sediento, expresó, o arrimar al peregrino al simpecado o acercarlo a la misa, o darle un romero del simpecado. «Eso es poner luz pero eso necesita que uno se queme. Y tiene uno que agotarse si no, no brilla»,dijo.
Entre las anécdotas personales describió momentos tras la carreta de Simpecado rezando el Rosario, en las horas en que por el calor menos gente hay. Recordó un momento en el que rezando el Rosario y tras cantar la salve improvisaba sevillanas que le brotaban del alma en ese momento.
«La señora que llevaba al lado me puso la mano encima y me dió un apretón y me dijo muchas gracias porque has rezado el Rosario con el corazón, y las sevillanas que has cantado han sido mis ojos viendo el Rocío. Al decir eso, me vuelvo y era ciega, venía haciendo el camino de Antequera. Yo me quedé consternado. Poco después un sacerdote me dijo anda palante que Dios está contigo. Todos los que hacemos el camino debíamos ser los ojos para otros, transmitiendo con claridad los momentos que se te han clavado en el alma y olvidar todo lo malo que pasa que de eso hay en todos lados» expresó.