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La prohibición eclesiástica de los tambores africanos en Perú que dió como resultado el cajón flamenco

La música peruana es una mezcla de ritmos españoles, muchos de los cuales se han perdido en la propia España y ritmos africanos y criollos. De esta mezcla nace el cajón peruano, que Paco de Lucía descubre y trae a España como cajón flamenco.

Para Perú es un orgullo que Paco de Lucía pusiera de moda en España y resto del mundo el cajón afro-peruano desde que una noche de 1977 oyera al negro Caitro Soto acompañando a Chabuca Granda en «La flor de la canela».

Al cajón se le realizaron otros cambios en la península que consistieron en ponerle cuerdas de guitarra en el interior, bordoneras, e incluso campanillas o cables. Otra adaptación fue tocar con la “galleta” (parte superior del instrumento). A partir de 1978 Paco de Lucía empezó a utilizarlo en sus giras. La clave de tan natural
integración es que “está a medio camino entre las palmas y el taconeo”.

En los bares de la Lima del S. XVII, se tocaba una especie de ritmo primitivo parecido a la bulería flamenca, golpeando los nudillos de los dedos contra las mesas; acompañadas por dos guitarristas.

El cajón flamenco es el sucesor del peruano. La diferencia entre uno y otro está en la sonoridad, en el cajón peruano es más seca y oscura y en el flamenco el timbre es más agudo y metálico. Se trata de un instrumento usado por los esclavos africanos en Perú, donde desde la época de los esclavos hasta hoy, los grandes cajoneros son negros.  Se sigue utilizando en la música folklórica latinoamericana, de Perú, Cuba, etc.

El cajón es tradicional de la zona negra de Chincha, sur de Lima, donde como en todo el país, la Iglesia prohibió en el S. XVII el uso de los tambores por los esclavos; de hecho se quemaron todos los tambores por paganos y por suponer que con ellos se comunicaban de alguna forma desconocida y podían suponer un peligro las intenciones de la corona.  También les prohíben que tocasen el Panalivio, una canción que denuncia la explotación laboral del esclavo.

Hacia 1813 desaparece el rastro del tambor en la documentación oficial y en 1850 se menciona por vez primera el cajón como instrumento musical. Al prohibirles el tambor los esclavos africanos usaban lo que tenían a mano, como cajones de madera para recoger fruta, mesas, envases o cántaros explica  Mª Elena Guerrero García en la  Revista Digital  Temas para la educacion.

DANZAS TRADICIONALES PERUANAS QUE USAN CAJÓN

Los ritmos peruanos de influencia española van transformándose, incluyendo ritmos criollos y negros, y cambiando de nombres como, el Landó o Tondero, el Panalivio, el Aguenieves, el Payandé y el Festejo, para luego dar origen a la Zamacueca, que queda oficializada como baile nacional. Estos ritmos cobraron forma con la inclusión del cajón, que se convierte, casi exclusivo y auténticamente en el instrumento peruano de percusión, por excelencia.

«El festejo» es la danza afroperuana, más antigua y más representativa que tiene el pueblo negro peruano; el festejo tradicional, el que se baila en los hogares negros
peruanos, sólo al ritmo de los cajones, tal como lo bailaban las antiguas negras esclavas del antiguo Perú.

Desde sus inicios el cajón peruano se usaba para acompañar a la Zamacueca limeña y al Tondero norteño bailes muy populares que se usaban en la Fiesta de Amancaes, un almuerzo campestre que se hacía los 24 de junio en honor a San Juan.

Otro baile afroperuano era la “ombligada», un baile en que representaba la fertilidad y sexualidad en clara alusión a la fertilidad una de las fuentes originarias de la zamacueca. En el s. XVIII, esta danza, se tocaba con palmas y haciendo ritmo con los “cajones de casa” o también con “cajas de embalaje” o reemplazando las botijas primitivas hechas de piel de cabra.

El tondero es una danza que nació de la competencia entre los indígenas y los negros del norte, para demostrar quién practicaba y poseía la danza más bella; los indígenas con su “pava” o los negros con su “lundero”. El tondero viene de la voz lundero, que habría sido aplicada para nominar a los que tocaban o practicaban el “lundu”.

BIBLIOGRAFÍA
ESTEBAN, J. Mª. (2007). Breve enciclopedia del flamenco. Ed. Libsa.
FERNÁNDEZ, L. (2004). Teoría musical del flamenco. Ed. Acordes Concert.
MERCADER, N. (2001). La percusión en el flamenco. Ed. Nueva Carisch España.
PACORA, F. (Dic. 2005 / Enero 2006). El Cajón Peruano. El viaje del cajón de Perú a
España. Tinkuy, 2, (16-18).
SANTA CRUZ, R. (2006). El cajón afro-peruano. Lima: Ed. Santa Cruz Percusión