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La historia de la hermandad de los negros de Sevilla llega a la pantalla grande

Hoy se presenta la película «Los Negros», de la mano de su director Antonio Palacios, su productor Joaquín Asencio, el cartelista Fernando Vaquero y el alcalde de la Hermandad de Los Negritos, Felipe Guerra. La película, distribuida por European Dreams Factory.
El film se estrenará en el IV centenario de la hechura del Cristo de la Fundación, obra de Andrés de Ocampo en 1622. Será a partir del viernes 25 de marzo cuando pueda visualizarse en salas de cine y en plataformas digitales de vídeo bajo demanda.
Cartel de la película 'Los Negros' realizado por Fernando Vaquero
Hace más de 600 años, esclavos negros fundaron una hermandad que ha sobrevivido a lo largo de los siglos,
a pesar de la oposición de la élite y la autoridad, hasta convertirse en una de las instituciones más antiguas de Europa.
Los esclavos negros traídos a la fuerza de África desde el siglo XIV viven en los arrabales de Sevilla, muchos de ellos en la marginalidad o luchando por sobrevivir. El arzobispo Don Gonzalo de Mena no sólo les da un hospital y una capilla, sino una hermandad para integrarlos en la sociedad. Así, se convierten en la primera congregación religiosa de estas características, un título que tendrán que defender ante las otras.
Con el tiempo, la Hermandad de los Negros pasa a ser la de “Los Negritos”, un paternalismo que refleja cómo la cofradía de los esclavos y libertos pasa a ser una de barrio, de blancos sevillanos, que en 2023 celebrará su 630º aniversario.
ESCLAVOS TAMBIÉN EN MARCHENA
En el XVI la Inquisición centraba su actividad en los conversos de judíos y moriscos, muchos de estos últimos acababan como esclavos. Sin embargo en las primitivas reglas de las hermandades de Marchena no se prohibía expresamente la entrada de cristianos nuevos o esclavos y se sabe que en la iglesia de San Juan hubo gran cantidad de conversos moriscos, allí bautizados.
El Duque tenía a su servicio en el Palacio varios cientos de esclavos con los que a finales del XV la Casa Ducal comerciaba y se enriquecía, especialmente negros, moriscos y algunos guanches canarios.

En los pueblos con población esclava pero sin cofradías ni hospitales específicos para esclavos, caso de Carmona o Marchena, acababan en el hospital de la Misericordia fundado por Beatriz Pacheco en torno a 1492 en ambas ciudades, según explica Esteban Mira.
Cuando los negros, gitanos y moriscos se «redimían» a través de las cofradías
El objetivo eclesiástico de estas hermandades era convertirlos al cristianismo, y a los esclavos les convenía hacer ostentación pública de su fe para justificar su sincera conversión y tener más esperanzas de redención y mejorar sus condiciones de vida.

Las reglas primitivas del Dulce Nombre de Marchena indican en 1599 que «en esta santa Cofradía no sea admitido ni rezibido por cofrade de aviendo sido castigado por el sancto Ofiçio de la Ynquisición, ni hijo, padre, nieto o hermano del que lo oviere sido, e lo mismo si oviere sido afrentado por justicia públicamente».

En el XVI y XVII surgen las cofradías étnicas, de negros gitanos y moriscos porque no se les permitía entrar en hermandades de blancos que en sus reglas, como la del Gran Poder, prohibía el acceso a quien no fuera blanco.  Existieron hasta que la esclavitud comenzó declinar, algunas desaparecieron y otras empezaron a acoger blancos, que pronto fueron mayoría, caso de Los Negritos de Sevilla.
También hubo hermandades multiétnicas, pues admitían a negros, moriscos y gitanos.
Los propietarios de esclavos estaban obligados a enterrarlos si morían, y una cofradía étnica les ahorraban el gasto. Otros liberaban a sus esclavos cuando envejecían, y acababan mendigando o en hospitales de pobres como el de Misericordia de Marchena, Arcos o Carmona. Muchas hermandades étnicas o de gremios nacieron de estos Hospitales según Esteban Mira en su estudio sobre cofradías étnicas
La cofradía de los Negritos de Sevilla nace en el hospicio para negros que, a finales del siglo XIV, fundó el arzobispo, donde se les daba de confesar, comulgara y llegado el caso la Extremaunción.
La hermandad de Los Gitanos sevillana nace en el Convento del Espíritu Santo de Triana en 1753, cuando los gitanos españoles eran perseguidos y encarcelados.
El pueblo rechazaba a los esclavos y sus hermandades tal y como refleja el pleito las cofradías de Negros y de la Antigua de Sevilla,  por el orden de paso, donde hubo insultos y peleas, pleito que recoge todo tipo de insultos hacia los negros y finalmente se les prohíbe salir por unos años.
Miguel Ambrosio dijo: «Que los negros eran gente tan bárbara y ridícula que da risa en lugar de devoción». Francisco de Acosta declaró que «aunque Cristo se puso en la cruz por todos, en la Iglesia hay órdenes y grados como en el cielo» y los negros «no deben de ir delante de cofradía de gente blanca». La mayoría de las burlas e insultos se las llevaban las negras que iban tras las pasos, descubiertas mientras las negros iban en la procesión, cubiertos.

La primera cofradía de negros nace en Barcelona en 1455. En Sevilla encontramos una Cofradía de negros (Los Negritos) que en 1572 que se funda la Cofradía de mulatos de Sevilla, de Nuestra Señora de la Presentación, del Hospital de Belén, collación de San Salvador, Tras una breve estancia en el hospital pasó a la iglesia parroquia del San Ildefonso. La cofradía de negros de Nuestra Señora del Rosario, se funda en el Hospital de Santa María de Goles de Triana.
Predominan las rosarianas, y las de San Benito de Palermo, y la etíope Santa Efigenia. Los dominicos buscaban la conversión de estas etnias y a cambio estas hermandades debían residir necesariamente en sus conventos no sin algunos pleitos. San Benito de Palermo era un santo franciscano, hijo de negros sicilianos, beatificado ya en 1643 santo negro por excelencia.

La Cofradía de San Román de Sevilla, los gitanos, era en realidad una cofradía multiétnica. En cambio la Cofradía del Rosario o del Espíritu Santo, de Sevilla era de Moriscos excluyendo a negros y gitanos.
La hermandad de los Negritos de Sevilla fue fruto de la fusión de dos hermandades hospitalarias: una de negros ubicada en el hospicio de Nuestra Señora de los Reyes, cercano al humilladero de la Cruz del Campo, de finales del siglo XIV, y otra multiétnica, de Nuestra Señora de la Piedad, que residía en el hospital de San Antonio Abad. Tras la fusión admiten a mulatos, a indios y a negros, tanto esclavos como libres. A mediados del siglo XVI, vivían en Sevilla muchos indios americanos.

Gitanos, negros y moriscos participaron en los desfiles del Corpus Christi de Marchena, Osuna o Sevilla con sus llamativas danzas, zarabanda o el guineo como hacían los Negritos que participaban en el Corpus sevillano, celebrando bailes y otras diversiones. Los gitanos tenían la obligación de procesionar en dicha procesión, realizando danzas de sarao y danzas llamadas de gitanos, muy populares.