«He pasado media vida fuera de mi país, tal vez por eso… Y porque mis padres fueron dejando miguitas en el camino para que yo las siguiera hasta encontrar a mis ancestros judíos», explica Laura Trinidad, empleada y traductora de la ONU en North Bergen, Nueva Jersey. Su búsqueda la ha llevado hasta Andalucía, concretamente a las familias judías de Marchena y Osuna de los siglos XVI y XVII.
Cuando se le pregunta por qué siente la necesidad de indagar en sus orígenes, responde con firmeza: «Es, ante todo, una búsqueda de identidad». La investigación iniciada por Andalucia Sefardi nos lleva a colegir cómo durante siglos, el Estado español, por razones políticas, silenció la diversidad cultural y religiosa de nuestro país para construir un discurso nacional homogéneo. En ese proceso, se borró buena parte de nuestra memoria.
Todo empieza con un nombre y una fecha. Inés de Herrera, nacida en Marchena hacia 1656. Casada con Bartolomé Vázquez. Su hijo, Cristóbal Vázquez Jiménez. Un nieto de Inés nace ya en Osuna en 1716. A partir de ahí queda por investigar, pero al menos sabe que varis de sus otras ramas familiares pertenecen a linajes abiertamente judeo conversos. EStos datos llevan a otros y finalmente lo que eran sospechs se empiezan a convertir en certezas y así la investigación se concierte en el proyecto vital más importante de Laura Trinidad, que ha vuelto a practicar el judaísmo en EEUU mas por cultura que por devoción ya que ella misma se considera atea. Pero al menos ya sabe cual es su origen y su pasado, algo que si viviérramos e la España de hace 50 años. no habria podido encontrar.
Laura nació en Madrid y estudió Historia Contemporánea en la Universidad Complutense. Aunque se considera atea, su fascinación por el pasado sefardí la ha llevado a rastrear su árbol genealógico hasta emparentarse con ramas de familias judías influyentes en la España medieval, como los Marchena y los Cansino.
Tras años de investigación, fue gracias a Marchena Secreta como pudo conectar sus conocimientos con nuestra redacción y compartir sus hallazgos. En su opinión, iniciativas de investigación local deberían existir en cada municipio para recuperar una historia que, de otro modo, corre el riesgo de perderse. Marchena Secreta Inició hace diez años una investigación pionera sin ningún tio de apoyo que puso nuestro municipio en el mapa del mundo segardí, y que abre puertas hacia la cultura y el turismo internacionales.
Precisamente con ese propósito nació Andalucía Sefardí, una asociación dedicada a investigar y poner en valor el legado sefardí en los pueblos de Andalucía. Actualmente, el proyecto se centra en documentar el pasado judío de Marchena y Osuna, dos localidades donde la historia sefardí dejó una huella indeleble.
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Los apellidos Marchena y Cansino tienen una profunda conexión con la historia de los judíos sefardíes en Andalucía, especialmente en localidades como Marchena y Osuna.
Apellido Marchena:
El apellido Marchena es un ejemplo de apellido toponímico, derivado del nombre de la localidad sevillana de Marchena. Durante los siglos XV y XVI, tras la expulsión de los judíos en 1492, muchos judíos conversos adoptaron apellidos basados en nombres de lugares para integrarse en la sociedad cristiana y, en ocasiones, para ocultar su origen judío. En la provincia de Sevilla, este fenómeno fue común, y apellidos como Marchena se convirtieron en identificadores de familias judeoconversas.
Un caso notable es el de Diego de Marchena, un fraile que causó un gran escándalo en el monasterio de Guadalupe al ser descubierto practicando ritos judaicos en secreto y reconocerlos abiertamente en público, siendo condenado por ello a la hoguera. Su caso ejemplifica la tensión y las dificultades que enfrentaron los judeoconversos en su intento de mantener su identidad en una sociedad hostil.
Apellido Cansino:
El apellido Cansino también está vinculado a familias judeoconversas en la campiña sevillana. Una de las figuras más destacadas con este apellido es Pedro Fernández Cansino, veinticuatro de Sevilla, quien fue condenado por herejía. Su caso refleja la persecución que sufrieron muchas familias conversas durante la Inquisición.
Además, el apellido Cansino tiene una conexión notable con la famosa actriz Rita Hayworth, cuyo nombre de nacimiento era Margarita Carmen Cansino. Su padre, Eduardo Cansino, era originario de Castilleja de la Cuesta, en la provincia de Sevilla, y descendía de una familia de judeoconversos. Esta conexión destaca cómo los apellidos sefardíes andaluces han dejado una huella en la cultura popular internacional.