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Por qué los villancicos fueron prohibidos en las iglesias pero siguieron en las calles

Los villancicos comienzan a hacerse populares en el siglo XV cuando aparecen recogidos en los primeros cancioneros, (Cancionero de Stúñiga 1458) aunque se sabe que están entre las primeras canciones en castellano.

El villancico más antiguo, que registra la historia de la música es “Iesus Refulsit Omnium”, (Jesús, luz de todas las naciones) data del siglo IV, y su letra se le atribuye a san Hilario de Poitiers. Se introducen en la liturgia en el XVI y usaban la métrica del Zéjel del Cancionero de Aben Guzmán.

En el XVII  se cantaban villancicos como parte de la liturgia de Navidad o Corpus Christi. Y es que para ser maestros de capilla de las iglesias había que saber componer villancicos. Ya desde esta época comienzan a desviarse del tema central lo que supuso su prohibición dentro de los templos.

Letras de villancicos

En torno a 1650-90 estaba de moda introducir en los villancicos referencias a negros, gallegos y gitanos como parodias de distintas nacionalidades.  El maestro de capilla vallisoletano Miguel Gómez Camargo (1618-1690) recibe un encargo de villancicos: «Para que yo salga con lucimiento de la Pascua he menester que Vmd. me haga el favor de tres villancicos. Tengo gallego y negro. Si hubiere portugués o gitana lo estimaré».

Los villancicos de la parroquia de San Juan de 1712 compuestos en tiempos del maestro mayor de capilla Juan Ignacio de Morales Maldonado muestra referencias a gallegos y negros, dos temas de moda.

El de los gallegos camienza.  «Ay, Galleguiños folixai, ay, que ha nacido noso Pai. Foli folixemos, folixemos á meu Niño, que es o Pai de os Galeguiños».

El villancico o copla de los negros, de la parroquia de San Juan muestra una jerga o castellano mal pronunciado y mal escrito. «A lu Reyeh helmozo, y a zu Madle veya, quando quielaz pire, puez za pala eya. Pul Zan Juan pidamo, puez aqui ez la fcsta. (…) Neglo zin fozico Camello con medra».

En 1800 los villancicos de San Juan, se vuelven más clásicos y ortodoxos y en el XVIII son prohibidos por haberse hecho cada vez más complejos, alejados del tema central y costosos.

El compositor Antonio Ripa fue el último maestro de capilla de la catedral sevillana en componer villancicos en 1768 ya que se prohibieron en Sevilla en 1780. Mientras que los villancicos quedaron en los archivos parroquiales sin publicar, se trasladaron a las calles donde aún se conservan vivos.

LOS CAMPANILLEROS

En el XVIII, nacen las rondas de campanilleros que cantaban en Andalucia los sábados de octubre -festividad de la Virgen del Rosario- sobre todo en el Rosario de la Aurora al amanecer bajo el impulso de los frailes capuchinos según algunas fuentes.

Estos coros se acompañaban de instrumentos simples-triángulo, guitarra primitiva, cascabeles, zambombas…-, entre los que se hallaban los collares de campanillas con que se adornaba a las caballerías.

Los campanilleros flamencos tienen distintas letras, si bien guardando relación con el tono religioso original;  incorporados por Manuel Torre (1878-1933), al flamenco que los grabó en 1929 y luego imitados por la Niña de la Puebla o Niño de Marchena a su manera.

El niño de Marchena recogió en sus grabaciones algunos de los villancicos tradicionales de Marchena y Andalucia de los años 20 y 30 que bebe de esa rica tradición de villancicos sacros y mas tarde populares cantados desde hace siglos en campos y en fiestas del pueblo.