Cuando el Rey prohibió que los nazarenos llevasen la cara cubierta
José Antonio Suárez López
Las reglas de la Hermandad de Jesús Nazareno de 1797, las más antiguas que conserva la hermandad expone al Consejo Real que la hermandad había experimentado un gran decaimiento tras la prohibición de realizar la salida del Viernes Santo con la cara cubierta, norma instaurada ese año para toda España por los sucesos violentos ocurridos en Madrid y otras ciudades durante Semana Santa aprovechando el anonimato de los antifaces.
En ella la hermandad manifiesta que nunca ha habido en su estación de penitencia «excesos en las penitencias, por no haver sido, ni ser con desarreglo, ni escandalosas, ni menos ha resultado discordia».
Por eso los cofrades de Jesús Nazareno piden al Consejo Real que «no impida a los hermanos mis partes y debotos que tiene la referida Hermandad, pueda asistir en la estación de la mañana del viernes santo, y demás funciones con túnica, y las caras cubiertas» tal y como le fue aprobado a la cofradía de Nazarenos «de la ciudad de Sevilla, le fue concedida esta gracia por Vuestra Alteza».
La hermandad presenta recurso ante la orden del Consejo Real de eliminar los rostros cubiertos recuerdan la bula papal de 1631 y afirman que «todas las personas de carácter y distinción les ha entibiado esta tan grande y antigua debocion en esta villa, sólo el no poder asistir en penitencia de túnica con las caras cubiertas como es costumbre en todas las ciudades».
De esta forma la hermandad presenta recurso y «piden y suplican a su Majestad mandar que la que se hace la mañana del Viernes Santo imitando en la que tanto padeció, y en las dos funciones que en su Capilla se le hacen en cada un año, asistan los hermanos y debotos de túnica con las caras cubiertas «.
Por su parte el Fiscla del Consejo Real responde que se pedirá opinión a la Justicia y Ayuntamiento de la villa de Marchena, sobre si se seguiría perjuicio, falta de debocion o algún escándalo, en permitir que los hermanos de la cofradía de Jesús Nazareno salieran en ella el Viernes Santo con las caras tapadas».
El Ayuntamiento responde que «no entendían se siguiera perjuicio, y señala que últimamente dicha cofradía no tenía ordenanzas, por donde gobernarse.
La respuesta es que la Justicia de la villa de Marchena no impediría que los individuos de la cofradía de Jesús Nazareno saliesen con túnica en la procesión de Viernes Santo con tal que llevasen la cara descubierta, y les insta a que aprueben ordenanzas como así sucedió.
La ordenanza indica que los pasos eran llevados por quarenta y ocho a cinquenta hermanos todos con túnicas, con sus rostros descubiertos (en conformidad de lo mandado por el Supremo Consejo). Y mientras los que vayan descansando, acompañen en dos filas con achas encendidas.