Fotos del monumento a la Inmaculada en el taller de Coullaut Valera
José Antonio Suárez López
El escultor Lorenzo Coullaut Valera mandaba a algunos miembros de la comisión fotos sobre la evolución de sus trabajos de escultura en las que se puede ver la imagen de la Inmaculada en su taller madrileño, y la maqueta del monumento de Talavera y los bocetos de las estatuas de Martínez Montañés, Miguel Cid, Juan de Pineda y Murillo.
Ahora Gonzalo Rivas uno de los descendientes de una de las personas a las que el escultor enviaba fotografías ha publicado en redes sociales estas fotografías hasta ahora desconocidas de la imagen de la Inmaculada en el taller del escultor.
En 2009 el monumento se restauró al completo y se intervino en las imágenes del pie cuyos materiales se habían deteriorado mucho, incluso la estatua de Martínez Montañés había perdido completamente la cara y la de Murillo estaba en malas condiciones.
El 7 de Diciembre de 1918 se inauguró en Sevilla el monumento a la Inmaculada Concepción, obra del escultor marchenero Coullaut Valera con un pedestal es del arquitecto José Espiau y Muñoz [1884-1938],
La idea de un monumento a la Inmaculada parte de una propuesta del Ayuntamiento de 1882 relanzada en 1900 por Marcelo Spínola y el monumento fue finalmente bendecido por el cardenal Enrique Almaraz para conmemorar el III Centenario del Voto Concepcionista de 1617, que hicieron los Cabildos Catedral y Municipal.
El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX promulgó el Dogma de la Inmaculada, que en Sevilla tenia raíces desde 1258 con la primera Hermandad de la Concepción.
Participaron en la inauguración la Hermandad de la Caridad, representación de Hermandades, Comisiones militares, Academias de Bellas Artes y de Buenas Letras, Colegios de Procuradores, Notarial, de Abogados, Universidad Literaria, Audiencia, Real Maestranza, Ordenes militares, Grandes de España, Cofradía del Silencio, Órdenes religiosas, curas párrocos, clero Catedral, Ayuntamiento, Capitán General en representación del Rey. Tras bendecir la imagen el vicepresidente de la Comisión Rojas Marcos y el Alcalde, pronunciaron sendos discursos.
El 2 de Febrero de 1917 se publicó un aviso a los católicos sevillanos pidiendo fondos para el monumento por un comité presidido por Ramón Ybarra González siendo vicepresidente, Manuel Rojas Marcos; tesorero, José Díaz Molero; secretario, José M. López-Cepero Muru, y vicesecretario, José Sebastián y Bandarán.
En la primera piedra se incluyó una caja con un escrito, firmado por los miembros del Comité y la lista de los donantes que eran mil setecientos sesenta nombres, entre los que se recaudaron 102.952,52 pesetas, con las que se pagaron todos los gastos, incluida la factura del escultor, sobrando 4.354,90 pesetas que se emplearon en la iluminación del monumento.
Uno de los que aparece en la base del monumento es Miguel del Cid, abanderado de la promulgación del Dogma, que escribió las coplas a la Inmaculada que dicen: «Todo el mundo en general, / a voces Reina escogida, / digan, que sois concebida / sin pecado original».
Están también Juan de Pineda, Murillo, Martínez Montañés y Miguel Cid, todos vinculados al dogma de la Inmaculada Concepción.
Juan de Pineda (Sevilla, 1558 -1637) fue un teólogo jesuita que defendió el dogma de la Inmaculada Concepción, en contraposición a las tesis tomistas (tesis de Santo Tomás de Aquino contrarias al inmaculismo) argumentadas por los dominicos. El 8 de septiembre de 1613, en el convento dominico de Regina Angelorum, el prior de esta orden, se manifestó contra la tesis de la Inmaculada Concepción, produciendo gran malestar entre el pueblo sevillano y pidieron al Papa que se pronunciara. En 1617 llegó una bula del papa Paulo V que, si bien no establecía la Inmaculada Concepción, sí daba la autorización para seguir con esa creencia, lo cual fue festejado en Sevilla.
Tras la guerra civil se reanudó la costumbre iniciada en 1927 por un grupo de jóvenes alumnos de los Luises, de visitar la plaza del Triunfo durante la media noche del día 7 de diciembre, para cantar la Salve y ofrecer flores ante la imagen del monumento a la Inmaculada dando origen a la costumbre de la visita de las tunas. Hoy se celebra un desfile del tercio de Olivares para conmemorar el milagro de Empel.
Durante los años republicanos, el monumento y la imagen sufrieron desperfectos en leves atentados, y en el Ayuntamiento hubo una propuesta para derribarlo. Después del verano de 1936, como reacción contraria a los años de persecución religiosa, fue el propio Cabildo municipal el que intentó darle carácter oficial al acto mariano de la plaza del Triunfo,