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Un documento del siglo XVI ya hablaba de la calidad de los caballos de Marchena

Angel Ruiz Galvez, investigador y Licenciado en Historia por la Universidad de Córdoba,  profesor del Master de Genealogía y Archivos, de la Universidad de Córdoba ha encontrado una referencia a la calidad de los caballos de Marchena que ya eran un referente en el siglo XVI.
En el «Libro de la gineta de España» de 1599 Pedro Fernández de Andrada, expresaba que los caballeros de Córdoba y Jerez «siempre contienden sobre la bondad y ventaja de sus caballos» en una tradicional pugna entre estas dos ciudades andaluzas por capitalizar la cuna del caballo PRE.
Y añade «los que sobro todo se aventajan» en la calidad «son los caballos de Sevilla, Córdoba, Jerez, Ubeda, Baeza, «y no tienen en menos estima los de «Ecija Jaén y Marchena». «Se entiende que se refiere a los caballos de sus criadores….que los tienen donde pueden, dehesas y hay una dehesa comunal para todos ellos, la dehesa de las yeguas» expresa Angel Ruiz Gálvez.
«Los ay en otras muchas partes dé la Andalaziá: donde aunque los Señores de las casas se precian poco dellos, la tierra, y el Clima del cielo produzca naturalmente muy buenos caballos: de que están llenas todas las cavallerizas de los Reyes, y Principes de el mundo, no estimando otros caballos que los de AndaIuzía».  Libro de la gineta de España.
Entre sus principales líneas de investigación figuran la nobleza, los señoríos y las élites locales, lo que le ha llevado a profundizar el estudio de los orígenes de las yeguadas cordobesas y la cultura ecuestre como los Marqueses del Carpio, caballerizos mayores de las Reales Caballerizas de Córdoba,  fundadas en 1568 y extinguidas en 1820.
Ruiz Gálvez defiende la tesis de que Córdoba es la cuna del Caballo Español. Felipe II eligió a Córdoba para crear esta raza en sus Caballerizas Reales, y ese encargo de velar por la mejora del Caballo lo mantuvieron desde la Edad media los ganaderos cordobeses en tono a la élite y la nobleza, dejando un inmenso sustrato documental.
Sobre los caballos de Marchena también existe abundante documentación, desde la dehesa de las yeguas hasta las caballerizas de Palacio Ducal.
TURISMO ECUESTRE HOY
Marchena aparece incluida en la ultima guía de turismo ecuestre de la Diputación de Sevilla con instalaciones como  el ‘Molino La Boticaria’ alojamiento rurales con caballos  que ofrece paseos a caballo por las inmediaciones.  La finca Vadoviejo ofrece Rutas ecuestres y clases de equitación y paseos a caballo. La Yeguada Carrasquilla ofrece alquiler de coches de caballos, clases de equitación, rutas ecuestres pupilaje, doma y exhibiciones.  La Escuela Ecuestre Los Prieto oferta clases de equitación, paseos a caballo, pupilaje, rutas ecuestres, rutas en coches de caballo y la finca de Manuel Alvarez ofrece  Alquiler de coches de caballos, competiciones de galgos (como jinete).
CABALLERIZAS DEL PALACIO DUCAL
Del Palacio Ducal de Marchena hoy solo quedan los cimientos y algunas estructuras y muros, tal y como constató la excavación arqueológica de Manuel Vera y otros.  Durante más de 600 años fue uno de los palacios más bellos y lujosos de España que primero tuvo aspecto mudéjar y luego se reformó conforme al gusto renacentista y barroco.
En el XVIII se construyen las caballerizas monumentales a imitación de las que tenía el Alcázar de Madrid y se colocan mármoles y jaspes. A partir de 1701 se reforma la Plaza Ducal, se construyen las casas consistoriales, se añade una anteportada en 1733 con un patinillo para regular el acceso a la Puerta del Tiro y unificarlo con la línea de la fachada de la plaza Ducal.
En el XVIII se construyen las caballerizas monumentales a imitación de las que tenía el Alcázar de Madrid
DEHESA DE LAS YEGUAS
El Camino de las Yeguas que se inicia en la carretera de La Puebla, llegaba hasta una dehesa de las Yeguas comunal del concejo de Marchena donde se guardaban las yeguas que era necesaria en caso de movilización militar .
La Cañada Real de Pruna se inicia en la ctra de La Puebla y sigue hacia El Bajonar por la zona de Monte Armijo y llega hasta Pruna estando hoy operativa en su totalidad por ser acceso del ganado de la campiña a la Sierra de Ronda y era usada por las tropas para ir a las zonas de guerra.
LOS VECINOS DENUNCIAN AL ALCALDE PORQUE SE LLEVABA SUS CABALLOS
El 29 de Octubre de 1535 cientos de vecinos de Marchena, pleitearon contra el Alcalde de Marchena Diego Nuñez de Prado, Alcalde y Capitán del Castillo de la Mota y fundador del convento de San Francisco, y Juan Romero Alcalde de la Justicia ante la Real Chancilleria de Granada por los caballos y otras causas. Nuñez de Prado como Alcalde había rubricado las ordenanzas municipales de Marchena de 1525, regulando entre otros la actividades de los montes y dehesas públicos, pero los vecinos lo acusan de incumplirlas.
Caballerizas reales de Córdoba.
«El alcalde de la villa sin tener poder ni facultad para ello hace otro agravio a los vecinos. Cada vez que le parece toma los Caballos y otras cabalgaduras y las da a los criados del Duque o a quien le parece contra la voluntad de los dueños. Y esto mismo sucedió con los caballos que fueron a Túnez. Y después los vuelve sin hacer pago de daños, ni costas y sin pagar cosa alguna como si las haciendas de todo fuesen suyas».
REFERENCIAS A LOS CABALLOS EN LOS NOMBRES DE LAS CALLES
El nombre original de la calle Carreras era «Carrera de los Caballos» La carrera o corredera es un espacio urbano propio del renacimiento, una apertura de nueva creación, de hecho suele llamarse también Calle Nueva, en forma de recta en medio del tortuoso urbanismo islámico.
La apertura de la Calle Carrera o Calle Nueva en Marchena ordenada por Rodrigo Ponce de León está relacionada con el cambio en la puerta del tiro, y al mismo tiempo se hacen reformas en la   puerta de Osuna a final del XV. La Calle Nueva y Puerta Nueva se hicieron poco antes de la Guerra de Granada para adaptar el municipio a las nuevas necesidades militares.
Así lo atestiguan las cartas de Enrique IV por las que manda a las unidades de Carmona y Écija que presten su ayuda a Rodrigo Ponce de León, III conde de Arcos, y a Fadrique Manrique y Luis Portocarrero, uniéndose a ellos en la guerra granadina con sus pendones y gentes de a caballo y de a pie en 1474.
TOREO A CABALLO
Pedro Ponce de León hermano del Duque de Arcos Luis Cristóbal Ponce de León pasó a la historia por ser uno de los mejores y más famosos de España en el toreo a caballo en 1530. El rejoneo se fue gestando en los últimos años del siglo XVI y los primeros del XVII.
Los toros en la plaza mayor se convertían en un instrumento idóneo para la ostentación y la propaganda del poder.
Alancear toros a caballo era propio de nobles y reyes tanto en Castilla como en el califato de Córdoba. Carlos I de España alanceó un toro por el nacimiento de su hijo Felipe II (1527) en la Plaza Mayor de Madrid.
Pedro Ponce de León ya alanceaba toros y por ello fue famoso en la España de 1530 y se hizo famoso por ser el mejor y más aplaudido de su época en este precedente del rejoneo. A la historia del toreo aportó la idea de tapar los ojos a los caballos para que no se espantaran de los toros.
La zona de caballerizas se ubicaba frente a la iglesia de Santa María cerca de la calle Picadero.
Fernán Chacón manifestó que el primer gran artífice de la lanzada fue Pero Ponce de León, hermano de los duques de Arcos e hijo del marqués de Zahara. Le llamaron “el toreador” y daba la lanzada de modo infalible y seguro: se situaba en buen lugar de la plaza, le tapaba los ojos al caballo para que no viera nada por delante y no se espantara. Las lanzas se sustituyen por picadores dándole valor estético a la faena de capote.
A la derecha las caballerizas del Palacio Ducal antes de su destrucción.
En 1540 el Duque de Arcos paga por carreras y garrochas para la lidia de unos toros que se soltaron en Marchena. En 1549 el Duque de Arcos compra unas garrochas «y otras cosas de sus toros que se lidiaron en Marchena».  En 1576 el Duque de Arcos recibe fondos por el daño que sufrieron cuatro toros que se llevaron de Lora para correr en Marchena  y se paga un corral en Marchena para encerrar los toros que se corrieron.
La Plaza Ducal tenía una puerta o arco llamado del Toril por donde entraba el ganado bravo directamente del campo.
Se evidencia la importancia del uso militar de los caballos, siendo Marchena un importante enclave militar en el XV y XVI.
PEDRO DE LA BARRERA CAPITAN DE C ABALLOS CORAZAS
En 1648 el capitán de caballos corazas o coracero de Marchena Pedro de la Barrera Melgar solicitó formar parte de la Orden de Santiago y para ello se sometió a unas pruebas, entre ellas la de limpieza de sangre. En este documento se identifican claramente los padres y abuelos del pretendiente, todos de Marchena y Osuna. Entre los testigos que firmaron a favor estaban los párrocos de la villa y Diego Núñez de Prado Alcalde y Capitán del castillo de la Mota.
El coracero o caballo coraza era un soldado de caballería provisto de una coraza como armadura defensiva, y de una espada o hacha, y al menos una arma de fuego, como armamento ofensivo.
MULTAS PARA LOS CABALLOS FUERA DE LAS DEHESAS
Las ordenanzas municipales de Marchena de 1528 firmadas por el capitán del castillo de Marchena Diego Núñez de Prado se ocupan de regular la actividad de los caballos y yeguas, creando multas para los caballos que pastaran el prado de la villa «desde todos los santos hasta fin de mayo» y si los que incumplían esta norma eran «mesegueros o caballerizos» tenían que pagar la pena de ellos y no el Concejo. Igualmente los montes del Concejo estaban vedados para las vacas y caballos «desde San Miguel hasta Todos los Santos».  Igualmente había multas para los caballos que pacían en huertas, olivares o viñas y si no encontraban al dueño se los llevaban al corral del concejo. Tampoco estaba permitido que los caballos entrasen «en el pan» (trigales).
Si era libre el uso de caballos, asnos y mulas para labrar «en cualquier tiempo del año sin pena alguna y sin pedir licencia para ello pero si lo quisiera arar con bueyes en tiempo que haya esquilmo que pida licencia primeramente al Cabildo».
Los yegüerizos tenían prohibido juntar «una manada con otra» actividad multada con 120 maravedíes «y si el mayordomo da lugar a que se junten que pague la pena doblada para el Concejo» y estaban obligados a trabar los caballos desde la puesta a la salida del sol.
GANADEROS DE CABALLOS DEL SIGLO XIX
Josefa Alvarez vecina de Marchena aparece en el listado de los ganaderos equinos de Marchena de 1859 según «El libro de los hierros o marcas» con datos reunidos por las remontas e impreso por Juan Zabala director general de caballería.  Fue premiada por los Duques de Montpensier en 1850.
En ese momento los principales criadores de caballos de Marchena eran los grandes capitales del municipio como Ildefonso Perez de Vargas, Pedro Sanz, José Díez de la Cortina, José de la Concha, Lorenzo Cortina, Pedro José de Torres, Juan Ternero Olmo, Rosa Civico, Viuda de Ibarra, Tomás de Morales, Baltasar Sainz, Manuela Ternero, Antonio Lopez Olmo, Fernando y Juan Martínez, José Vázquez Navarro, Francisco Lorenzo Platero, Pastora Conejero, Josefa Alvarez, Juan Fernández, Francisco Galindo, Manuel Covano, Josefa Diosdado, Juan Manuel Vergara,  Carlos Montiel, Francisco de la Concha, Manuel Salvador Gallardo, José Marcos, José Rivera, Mariano Ternero Benjumea y Fernando Martínez.