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Adobo, bizcocho y otros sabores que salieron de Andalucía y dieron la vuelta al mundo

El Adobo es uno de los sabores que cruzaron los océanos en tiempos de la primera vuelta al mundo, tal y como muestran los documentos de los archivos españoles evidenciando la primera globalización de los sabores entre España, América y Asia.

 

Fritada , mechado, caldereta, menudo, empanada, adobo, longaniza,… La riqueza de la gastronomía filipina está unida al legado español. La exposición «Sabores que cruzaron los océanos» difunde este legado cultural común a través del patrimonio documental. Actualmente se puede visitar en Sanlúcar de Barrameda.

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No hay casa filipina que no disfrute de un plato de adobo. Ya sea de cerdo, de pollo o incluso de pescado, se trata de una elaboración tradicional que hunde sus raíces en la historia gastronómica de la región. Un marinado de vinagre, laurel, pimienta, ajos, salsa de soja y algo de azúcar de caña, con distintas variantes.

La paciencia tiene su recompensa

Foto: El pollo en adobo es una de las recteas tipicas filipinas

«El término adobo es español y adoptado por los Filipinos, la técnica del marinado también. Borja Sánchez es un chef español que está actualmente en Filipinas con un proyecto de investigación sobre este tema y los dos junto con el chef Chele González estamos ahora mismo en un proceso de investigación histórica y gastronómica sobre los adobos en la gastronomía española y filipina» explica el comisario de la muestra «Sabores que Cruzaron el océano» Antonio Sánchez de Mora.

 

En los barcos de la expedición de Magallanes iban bizcochos realizados en Sevilla con trigo de la campiña de Carmona, Marchena, Utrera que se procesaba en molinos como los de Alcalá de Guadaíra.

 

El bizcocho era una torta dura y seca que resultaba de una doble cocción del pan, hecho con harina y poca o ninguna levadura, capaz de aguantar más de un año y hasta dos si las condiciones eran adecuadas. Era la dieta básica de los viajes oceánicos, junto con el vino, y por eso se embarcaron 2.174 quintales y 3 arrobas de bizcochos en la expedición de Fernando de Magallanes que partió rumbo a las islas de las especias.

El bizcocho de la fotografía es el resultado de una investigación de Antonio Sánchez de Mora y reproduce fielmente la receta de los bizcochos del siglo XVI.

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Antonio Sánchez de Mora ha encontrado un registro de navío que nos habla de la preparación y consumo de estas carnes adobadas a comienzos del siglo XIX. Así se especifica en el rancho de una goleta que partió de Binondo, el barrio chino de Manila, en 1812.

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La exposición «Sabores que cruzaron océanos» comisariada por Antonio Sánchez de Mora ilustra el impacto de la llegada de los españoles a Filipinas, así como el cambio radical en los hábitos alimenticios en Filipinas y el resto del mundo como resultado del crecimiento cada vez mayor de los intercambios entre Asia, las Américas y Europa, propiciado por el Galeón de Manila.

 

Se exhiben en la muestra del Archivo de Indias reproducciones de calidad de facsímiles que son fuentes singulares del patrimonio documental y cultural que conservan los archivos españoles. Los navegantes españoles impulsados por la búsqueda de las especias llegan a Asia en el XVI , dan la vuelta al mundo, con Magallanes y descubren nuevas rutas y un Nuevo Mundo. Gracias a la conexión entre el comercio de galeones, -galeón de Manila- se produce la primera globalización de los sabores y se fusionan por vez primera sabores de tres continentes América, Asía y Europa.

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La fusión de sabores de tres continentes en la gastronomía filipina, está sirviendo como inspiración para la creación de nuevos sabores y recetas de la mano del chef Chele González.

El comisario de esta exposición, el historiador y archivero Antonio Sánchez de Mora cuenta que la exposición ofrece una experiencia participativa, sensorial y gustativa. Su participación como orador principal en el congreso gastronómico internacional Madrid Fusión Manila 2016, permitió dar a conocer al público este proyecto organizado por la Embajada de España en Manila.

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