Marchena ha vivido una jornada especial hoy con la salida extraordinaria de la Virgen de los Desamparados, patrona de la Hermandad de la Caridad, en conmemoración de su 375 aniversario fundacional. La imagen recorrió las calles del municipio acompañada de la Banda Municipal de Arahal, que aportó un emotivo repertorio musical durante toda la procesión.
La imagen partió de la Parroquia de San Sebastián, avanzando por las calles Orgaz, San Sebastián, Harinas, Olmedo, calles que se prestaron a la perfección al recogimiento y la intimidd y el encuentro con su barrio, Niño de Marchena y Cid, una calle que se estrena para el paso de cofradías y que supone uno de los corazones del barrio de San Sebastián.
Posteriormente, retomó la calle Orgaz para dirigirse a Santa Clara donde se presentó ante la hermandad de la Humildad y Santo Domingo donde fue recibida por la hermandad del Cristo de san Pedro.
El recorrido continuó por Rojas Marcos, San Sebastián, Gudiel, Hermoso, Huerta Gavira, Rojas Lobo y Licenciado Calderón Oviedo. Finalmente, la procesión transitó nuevamente por San Sebastián, la Plazuela de San Sebastián, Miguel de Mañara y la Plaza del Dulce Nombre, culminando con el regreso a la Parroquia de San Sebastián.
Un hecho destacable de esta efeméride es que la visita de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados de Valencia a Marchena estaba programada para noviembre de 2024. Sin embargo, debido a la situación provocada por la DANA en la región valenciana, este evento fue pospuesto. Según declaraciones del rector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, Juan Melchor Seguí, se anunciará una nueva fecha para la visita en los próximos meses.
La festividad comenzó a las puertas de la Iglesia de San Sebastián, donde la banda inició el acompañamiento con marchas solemnes como «El Día de la Cruz» y «El Turuta», creando un ambiente cargado de devoción. La Virgen de los Desamparados hizo su primera parada significativa en la calle del Cid, donde sonó «Valle de Sevilla», y luego avanzó hasta la Iglesia de Santa Clara, donde la banda interpretó piezas icónicas como «María Santísima del Subterráneo», «Bajo tu Amparo» y «Esperanza Macarena», entre otras.
La Hermandad del Dulce Nombre ha destacado su estrecha colaboración con la Hermandad de la Caridad a través de: cesión y montaje del antiguo paso procesional del Dulce Nombre de Jesús con sus respectivos guardabrisas y codales de velas; montaje y cesión del altar efímero para el Triduo, cesión de gran variedad de elementos y enseres litúrgicos. Igualmente, el Dulce Nombre ha facilitado y puesto a disposición las dependencias de su Casa de Hermandad para las cuadrillas de costaleros, tanto en los días previos como el día de salida.
El paso de la Virgen por la Iglesia de Santo Domingo fue otro de los momentos destacados de la procesión. Allí, el repertorio incluyó las marchas «Mater Mea» y «Nuestro Padre Jesús».
Tras su paso por la Plazuela de San Sebastián y la Plaza del Dulce Nombre, la Banda Municipal de Arahal cerró la procesión con interpretaciones de «Macarena» y «Virgen del Valle» al llegar a los últimos metros del trayecto.
Finalmente, alrededor de las 19:56 h, la Virgen de los Desamparados regresó al templo parroquial entre los aplausos de los asistentes, poniendo el broche final con las marchas «Margot», «Bajo tu Amparo» y la solemne «Marcha Real».
La Hermandad de la Caridad de Marchena es una de las corporaciones religiosas más antiguas de la localidad, con una historia que refleja su compromiso con los valores de fe y caridad en la comunidad. Fundada hace 375 años, su origen se remonta al siglo XVII, un período en el que las cofradías de caridad y asistencia social proliferaban en Andalucía con el fin de atender a los más necesitados y contribuir al bienestar de la población.
Fundación de la Hermandad de la Caridad
La hermandad fue fundada con un espíritu benéfico y de asistencia a los enfermos y pobres de Marchena. Como muchas hermandades de caridad en esa época, sus miembros se comprometían a ayudar a los desamparados, brindando atención a los enfermos, asistencia en los entierros y apoyo a los más desfavorecidos. Este carácter asistencial y fraternal se convirtió en el pilar de su existencia, impulsado por la necesidad de mitigar el sufrimiento de los más vulnerables y de ofrecer ayuda espiritual y material.
Desde sus inicios, la Hermandad de la Caridad fue vista como un ejemplo de compromiso cristiano en la comunidad, actuando no solo en el ámbito religioso, sino también en el social. La hermandad cumplió con su misión organizando actos de beneficencia, siendo un apoyo constante para aquellos en situación de desamparo, especialmente en tiempos de crisis y enfermedades.
La Virgen de los Desamparados y su llegada a Marchena
La devoción a la Virgen de los Desamparados en la Hermandad de la Caridad de Marchena tiene sus raíces en una antigua pintura traída desde Valencia, cuna de esta advocación mariana. Valencia tiene una fuerte tradición de veneración a la Virgen de los Desamparados, considerada allí patrona y protectora de los pobres y desvalidos. Esta imagen llegó a Marchena en algún momento de la fundación de la hermandad, siendo acogida con fervor por los hermanos y por la población local.
La Hermandad de la Caridad de Marchena, fundada alrededor del año 1600 por Francisco López García y Pedro Benjumea Lebrón, ha desempeñado un papel fundamental en la asistencia a los necesitados de la localidad. Su labor se centraba en el cuidado de enfermos y pobres, gestionando un hospital propio en la Plaza de San Sebastián y colaborando estrechamente con el Hospital de la Misericordia de Marchena.
En 1766, Andrés Mariano Fernández de la Chica, administrador del Hospicio y Casa de la Caridad de Marchena y Hermano Mayor de la Caridad, se comprometió a transportar al Hospital General de Sevilla a todos los pobres que necesitaban medicación y no podían ser admitidos en el hospital de la Misericordia de Marchena.
La relación entre las hermandades de la Caridad de Marchena y Sevilla se fortaleció en julio de 1678, cuando Miguel de Mañara, destacado miembro de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla, envió una carta a la Hermandad de la Caridad de Marchena en respuesta a su petición de confraternizar. En esta misiva, Mañara afirmó que, en adelante, las dos hermandades serían consideradas como una sola, es decir, que los hermanos de la Caridad de Marchena serían además considerados hermanos de la de Sevilla y viceversa.
Esta unión permitió una colaboración más estrecha en las obras de caridad y asistencia a los pobres y enfermos, fortaleciendo el compromiso de ambas hermandades con los más necesitados. La Hermandad de la Caridad de Marchena, además de gestionar su propio hospital, colaboraba con el Hospital de la Misericordia y, en casos necesarios, facilitaba el traslado de enfermos al Hospital General de Sevilla para recibir la atención médica requerida.
La Hermandad de la Caridad de Marchena continúa su labor asistencial, atendiendo a familias necesitadas, colaborando con Cáritas y manteniendo viva la tradición de trasladar un féretro cada Domingo de Ramos desde la capilla del Hospital de La Milagrosa hasta San Sebastián, en memoria de su origen hospitalario.
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