La considerada primera iglesia del mundo, el Cenáculo en el Monte Sion de Jerusalén abrió sus puertas nuevamente al público justo a tiempo para la celebración de Pentecostés. Este lugar, considerado tradicionalmente como el sitio de la Última Cena de Jesús y la venida del Espíritu Santo, recibió una afluencia de turistas y peregrinos de todo el mundo.
La guerra en Gaza, que comenzó en octubre de 2023, ha tenido un impacto devastador en el turismo en Jerusalén y en todo Israel. Esta situación ha afectado profundamente a la industria turística justo cuando comenzaba a recuperarse de la pandemia de COVID-19. Según estimaciones del Ministerio de Turismo de Israel, las pérdidas podrían superar los 544 millones de dólares, con una caída del 31% en el número de visitantes (The Jerusalem Post) (The Times of Israel). Jerusalén, como uno de los destinos más importantes para el turismo religioso, ha sido particularmente afectada. La caída en el turismo ha llevado a un colapso de muchos negocios locales que dependen de los visitantes. Hoteles, restaurantes, y tiendas de recuerdos han visto una reducción significativa en sus ingresos, lo que ha llevado a cierres y despidos.
Sin apenas peregrinos cristianos durante la última semana importantes celebraciones Católicas se han desarrollado en Jerusalén durante el Mes de Mayo. A orillas del mar de Galilea, en Tabgha, tuvo lugar la celebración del “Primado de Pedro” el 17 de mayo, al finalizar el tiempo de Pascua. Este evento recuerda el capítulo 21 del Evangelio según Juan, donde Jesús pregunta a Pedro tres veces si lo ama más que a los otros discípulos, y luego le otorga el primado al decirle: “Apacienta mis corderos”. La celebración culmina con una procesión hacia la iglesia, que alberga la roca conocida como Mensa Christi, donde, según la tradición, Jesús preparó la comida para sus discípulos después de la pesca milagrosa.
La Ascensión de Jesús se conmemora el 8 de mayo, última aparición de Jesús después de su resurrección y su ascenso al cielo, como lo describe el evangelista Lucas en los Hechos de los Apóstoles: “fue levantado y una nube lo ocultó de su vista” (Hechos 1:9). La Capilla de la Ascensión, ubicada en el Monte de los Olivos, es el lugar tradicional de esta celebración. Construida por los cruzados en el siglo XII.
La fiesta del Hallazgo de la Vera Cruz, se celebra los días 13 y 14 de mayo en la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén que recuerda el descubrimiento de la cruz de Jesús por Santa Elena, madre del emperador Constantino, en el año 326. La Capilla de Santa Elena, ubicada detrás del Calvario, es el corazón de estas celebraciones.
Reapertura del Cenáculo en Pentecostés
El Padre Fernando Morales, conocido por su trabajo en el canal de Youtube «El Evangelio desde Sion», explica que el Cenáculo “es un lugar especial no solo por el don del Espíritu Santo, sino también por ser el sitio de la Última Cena, donde Jesús dio el mandamiento del amor y el perdón de los pecados”. Este evento marca un momento significativo para los cristianos, celebrando el inicio de la iglesia con la llegada del Espíritu Santo sobre los apóstoles.
“Aquí, en este sitio, ocurrieron las cosas más valiosas del cristianismo. Aquí Jesús instituyó la Eucaristía, dio el Espíritu Santo, y estableció el mandamiento del amor. Estar aquí es sentirse parte de esos eventos sagrados”.
Historia y Significado del Cenáculo
A pesar de su arquitectura medieval, se cree que el lugar ha sido un punto de reunión desde tiempos apostólicos, aunque hay debates sobre su uso inicial y su estructura original (The BAS Library) (Biblical Archaeology Society).
Conexiones Históricas y Espirituales
La conexión entre Pentecostés y Shavuot, la festividad judía de las semanas es clara. “Shavuot celebra la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, y Pentecostés celebra la entrega del Espíritu Santo en este lugar, renovando la ley en los corazones de los creyentes”, mencionó el Padre Morales. Además, destacó la tradición judía que afirma que el Rey David nació y murió en Shavuot, lo que añade una capa de significado al sitio que alberga tanto la Tumba de David como el Cenáculo.
Este sitio ha sufrido múltiples transformaciones y ha sido reclamado por las tres religiones monoteístas: ha funcionado como iglesia, mezquita y sinagoga.
Evidencia Arqueológica
La mampostería del muro oriental del Cenáculo revela su historia “en capas”, abarcando desde el período del Segundo Templo hasta los períodos bizantino, cruzado y otomano. Sin embargo, hasta la fecha, no se han realizado excavaciones arqueológicas completas en el sitio para evaluar la antigüedad y la relación entre las diferentes estructuras construidas allí (The BAS Library).
Según David Christian Clausen, profesor de Estudios Religiosos en la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte, los elementos más antiguos del Cenáculo pueden datar de antes del período bizantino. Clausen analiza la evidencia histórica y los limitados datos arqueológicos en su libro El Cenáculo y la Tumba de David: La Historia, el Arte y la Arqueología del Cenáculo en el Monte Sión (Biblical Archaeology Society).
La Tumba de David
La ubicación de la Tumba de David, según los textos bíblicos, está en la Ciudad de David, el antiguo asentamiento que domina el valle de Cedrón (1 Reyes 2:10; Nehemías 3:14-16). Solo en la Edad Media se empezó a asociar el lugar de enterramiento de David con el Monte Sión. Esta identificación tardía y la ubicación incierta de la Sión bíblica versus el Monte Sión moderno sugieren que es muy poco probable que el Cenáculo esté relacionado con la tumba real de David (Ancient Origins).
La Última Cena
A diferencia de la tumba de David, la ubicación exacta del Cenáculo de la Última Cena no está especificada en la Biblia. Los relatos de peregrinos occidentales y las tradiciones que asocian este lugar con la Última Cena datan del siglo IV d.C. (The BAS Library). El edificio podría haber sido la primera iglesia cristiana de la historia, pero la falta de excavaciones y nuevas pruebas contundentes deja esta afirmación en el ámbito de la especulación (The BAS Library) (Biblical Archaeology Society).
Conclusión
Sin excavaciones arqueológicas exhaustivas, es imposible confirmar la veracidad de estas asociaciones históricas. El Cenáculo sigue siendo un testimonio de la sacralidad compartida por diversas tradiciones religiosas, pero la conexión directa con la Última Cena de Jesús y la Tumba de David sigue siendo incierta.
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