Las desamortizaciones y la revolución Gloriosa en 1868 trajo la primera república y la destrucción de iglesias, puertas de murallas y conventos. Desde 1844 existía en Sevilla la Comisiones Provinciales de patrimonio, sostenidas por la Diputación, que se encargaban de hacer inventarios de conventos desamortizados y obras de arte, mientras los pintores y primeros fotógrafos se encargaban de documentar la desrucción monumental.
En Marchena perdimos el convento de Capuchinos, las puertas de Ecija, San Francisco y Osuna, convento de San Francisco, y parcialmente Santo Domingo, convento de Santa Clara, la mitad de San Jerónimo y el Palacio Ducal, además de la mayoría de casa palacio.
La Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Sevilla se funda el siete de agosto de 1844, y sus miembros estaban en manos Jefe Político y de la Diputación que nombran vocales a Manuel López Cepero, deán de la Catedral, a Miguel de Carvajal, miembro del Ayuntamiento, a Antonio Colón y Osorio, Catedrático de lengua de la Universidad. La Diputación al Marqués de la Motilla y a Vicente Mamerto Casajús.
Francisco Mateo Gago: La voz que se alzó contra la destrucción de monumentos en 1868
Desde su creación la Comisión se encargó de redactar un listado con los conventos suprimidos que por sus características artísticas merecieran conservarse, nueve años después de la Desamortización de Mendizábal. Se encargaba de inventariar y recoger material valioso de archivos, bibliotecas, y objetos artísticos de conventos durante la desamortización.
Desde 1844. La comisión se dividió en tres secciones. De escultura y pintura se encargaron de Carvajal y Casajús, y de Arqueología y Arquitectura Cepero y Carvajal que se se dedicaban a promover y dirigir excavaciones, así como a recoger el material hallado.
Documentar, fotografiar o pintar los monumentos para conservalos era fundamental. En este campo colaboró el miembro de la Comisión de Patrimonio Vicente Mamerto Casajús y Espinosa, uno de los primeros fotógrafos de la ciudad, realizando la primera litografía en 1838 y el primer daguerrotipo en 1840. Era secretario del Museo de Bellas Artes profesor de la Sociedad Económica de Amigos del País director del Liceo Artístico y pintor.
Este cuadro de Juan del Castillo de Santo Domingo de Marchena fue llevado a Sevilla.
La primera actuación de esta comisión en Marchena durante su primer periodo 1844 a 1849 consiste en comprar 9 cuadros procedentes de la Iglesia del Convento de San Francisco de Marchena y otros tantos de Juan del Castillo procedentes del convento de Santo Domingo marchenero. La comisión, que también se encargaba del Museo de Sevilla decidió mantener como conservador del Museo de Bellas Artes a Antonio Cabral Bejarano, sucediendole su hijo tras su muerte.
Gabriel de Astorga y las primeras restauraciones de las imágenes de Marchena en el siglo XIX
En 1845 se realiza el primer catálogo de pinturas, del Museo Provincial realizado por Cabral Bejarano, Salvador Gutiérrez, Juan de Astorga, cuyo hijo Gabriel trabajó posteriormente para Marchena restaurando el Crisito de San Pedro en 1865 y tallando la Virgen de las Angustias en 1867.
Recreación digital del Arco de la Carrera o Puerta de la Inmaculada.
EL PAPEL DE LOS ALCALDES EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO
Desde 1865 los Alcaldes tenían el encargo del Estado de prestar su ayuda a las Comisiones, recoger fragmentos de lápidas, estatuas o columnas descubiertas en el término y remitirlos a las Comisiones Provinciales expresando el lugar donde se hallaron y las circunstancias del descubrimiento. Además se les pedía vigilar la conservación de los monumentos artísticos y dar parte de su deterioro, además de retener los lienzos, tablas, estatuas, códices y otros objetos históricos y artísticos de sospechosa procedencia.
Cómo las murallas se privatizaron hace cien años con el visto bueno del Ayuntamiento
Al menos esa era la teoria, en la práctica, en 1873 varios vecinos piden al Ayuntamiento la cesión de varios torreones de la muralla en la calle Las Torres, entonces San Pedro para instalar habitaciones auxiliares. En diciembre de 1880 el Ayuntamiento confirma el derribo de la Puerta de Osuna o Arco de la Concepción” acordada en la sesión del dos de Mayo según aparece en la obra “De la Revolución a la Restauración”. Crónica de los hechos políticos, económicos y sociales en Marchena durante los años 1868 a 1885”. de Fernando Alcaide Aguilar.
El Gobernador Civil envía un escrito de protesta al Ayuntamiento el 28 de octubre de 1880 pidiendo explicaciones por la demolición de los arcos “de la Carrera y San Francisco más algunos torreones de la muralla” de espaldas a la Comisión Provincial de Monumentos. Otros vecinos se habían apropiado de los torreones construyendo terrazas y azoteas “sin derecho ni título alguno”. En 1860 se destruyó el arco de la Tomiza o del Berral.
La relación de Marchena, con la Comisión de Monumentos continúa cuando bajo la presidencia de Carlos Cañal se incluye la iglesia de San Juan entre las más valiosas de la provincia y que merecían ser declaradas monumentos históricos tal y como luego sucedió y a los conventos de San Francisco y Santo Domingo como edificios en peligro. Posteriormente la Comisión Provincial de Monumentos intervino en defensa del Arco de la Rosa, donde se estaban realizado obras con las que no estaba de acuerdo la Provincial, así que fueron interrumpidas.
El arquillo que daba acceso al Arco de la Rosa desde el interior del barrio de San Juan
Carlos Cañal y Migolla (1928-1931) presidente de la Comisión de Monumentos de Sevilla. Cañal, fue un arqueólogo sevillano, abogado, profesor universitario, académico y político conservador, concejal del Ayuntamiento de Sevilla, y presidente del partido conservador de Eduardo Dato hasta 1930. Vicepresidente del Congreso (1915); fiscal del Tribunal Supremo (1917); ministro de Abastos (23 de julio de 1919-28 de septiembre de 1919); y Ministro.
Durante el trienio de 1928 a 1931, sustituyendo al Conde de Aguiar, Carlos Cañal eligió a vicepresidente, conservador y secretario, a Nicolás Tenorio Cerezo, Juan Talavera Heredia y Santiago Montoto de Sedas.
LA DESTRUCCIÓN DE SAN MIGUEL DE SEVILLA, UNA LUZ ROJA EN EL PATRIMONIO
En 1868, ante los movimientos revolucionarios, la Comisión redactó un informe enumerando iglesias mudéjares que debían conservarse, y propuso otras que deberían destruirse por su mal estado entre ellas San Miguel de Sevilla, iglesia medieval entre las más antiguas de la ciudad.
Su desaparición supuso un toque de atención sobre el patrimonio en peligro y una luz roja de preocupación. La Comisión propuso inicialmente conservar las tres naves y el ábside, propuesta rechazada, argumentando que dejar un edificio en ruinas en el centro de la ciudad no tenía sentido.
Situada junto a la plaza del Duque fue fundada en el siglo XIII, y reconstruida tras los terremotos de 1356 y de 1755. Sin embargo, resistió hasta que en 1868, la junta revolucionaria decidió su demolición. Aqui tuvieron su sede las hermandades de La Soledad, Pasión o Amor, y la imagen del arcángel San Miguel, que presidia el altar mayor, obra del siglo XVII por Francisco Dionisio de Ribas, ha sobrevivido y ahora pertenece a la Hermandad del Silencio. Su destrucción fue pintada por Francisco Peralta de 1868.
SABER MAS HISTORIA
José María Tassara y González. A Correspondiente de la Real Academía Hispano-Americana de Ciencias y Artes.
Patrimonio cultural y desamortización en Marchena. Manuel Antonio Ramos Suarez.
Raquel M. López Rodríguez. La Comisión Provincial de Monumentos Histórico-Artísticos de Sevilla. Tesis Doctoral.
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