Hasta medidados del siglo XX funcionaron en Marchena numeroas bodegas de vino de la tiera, pero luego, con la llegada de la cerveza y otras bebidas de uso común acabaron con la tradición del vino de la tierra en Marchena.
Justo enfrente de La Cueva estaba la Bodega La Verdad donde la familia Gordillo vendía vino de Morón. También había vino de Marchena hecho en el Molino de Los Traperos, carretera de La Puebla donde la gente de Marchena iba a comprar vino. En varios puntos de Marchena había bodegas que vendían vino de la tierra.
LA PLAGA QUE ACABÓ CON LA PRODUCCIÓN DE VINO EN MARCHENA
Durante el siglo XIX las viñas de Marchena comenzaron a verse afectadas por dos plagas que amenazaban con acabar con la centenaria tradición vinícola; el mildew, una enfermedad que ya había causado graves daños en Morón y la filoxera, una plaga muy perniciosa, que atacó a los viñedos del municipio, de forma tan salvaje que la Diputación envió 337 pesetas para ayudar a los propietarios que perdieron viñas.
Los propietarios de viñedos, junto con otros agricultores y cerealistas, sufrieron los embates de la filoxera, acabando con casi todas las viñas, una situación que causó ruina, tristeza y solidaridad entre ellos. La triada mediterránea; trigo, olivo y vid, fue durante dos milenios el factor básico de la riqueza de la localidad, siendo la viticultura una de las claves de la economía local tal y como expresa José Alcaide Villalobos en sus obras sobre el S. XIX.
El papel de los conventos en la producción de vino
Los conventos de Marchena han jugado un papel significativo en la historia de la viticultura. En 1772, las monjas de Santa Clara, gestionaban varios viñedos, evidenciando la importancia del vino para mantener la vida conventual.
En el XVIII, el convento de Santa Clara de Marchena, poseía terrenos de viñas, lagares y bodegas de vino que siendo propiedad del Duque les tenía cedidos a las religiosas para su manutención. Dicho convento, gestionaba algunas viñas como la ubicada en el sitio del «Rabo de Avispa», que le rentaba a las monjas 200 reales anuales.
Los primeros documentos que hablan del vino en Marchena datan de 1447.
En 1761, se llevó se vendió una viña de los herederos del licenciado Gaspar de Águilar, que incluía unas viñas, una casa, un lagar y una bodega que tambén incluía rentas para las monjas de Sanra Clara de Marchena. La propiedad vendida era la Torre de Madarrón, cerca de la vereda de Bajonar, que lindaba con las viñas de Don Sebastián Ponce Lucenilla, presbítero. La transacción incluía un cargo de dos tercios, equivalentes a 514 reales a favor del Convento de Santa Clara.
Igualmente los Jesuitas de Marchena desempeñaron un papel significativo en la producción de vino y aceite en el siglo XVIII. Poseían una finca y un lagar llamado Hacienda San Ignacio donde producían algunos de los mejores vinos de la región, utilizando sus propias viñas. Además de vender vino y aceite en Marchena, los Jesuitas extendieron su comercio a otras ciudades importantes como Jerez y Granada. Este hecho resalta la relevancia de los Jesuitas en la economía local y regional, no solo en aspectos espirituales y educativos, sino también en la gestión económica y el comercio.
El Vino de Marchena en la Sombra de la Invasión Francesa: Entre el Saqueo y la Supervivencia
La invasión francesa de principios del siglo XIX dejó una huella indeleble en el tejido socioeconómico de España. En Marchena, un pueblo de fuerte tradición vinícola, la guerra trajo consigo una época de prueba y turbulencia que puso a sus viñas y bodegas bajo la sombra del conflicto bélico.
Durante la ocupación, las tropas de Napoleón impusieron demandas extensivas sobre los recursos locales, llevando a un episodio dramático en el que las bodegas de Marchena fueron sistemáticamente saqueadas. El Pósito público, la Cilla de la Iglesia y las «Paneras» ducales no fueron los únicos blancos del despojo; las bodegas marcheneras también sufrieron, quedando exhaustas tras la incursión. Los invasores no se conformaron con lo saqueado, sino que exigieron además suministros continuos para sus guarniciones en la región.
Documento de compraventa de rebts de las viñas del convento de Santa Clara de Marchena. 1772.
Se debatió la instalación de un número limitado de puestos públicos para la venta de vino, vinagre, aceite y jabón, siguiendo la Real Instrucción de 16 de abril de 1816. Sin embargo, en Marchena cada vecino tenía la libertad de vender estas especies en cualquier puesto siempre que cumpliera con las reglas administrativas.
Los taberneros denunciaron que ciertos cosecheros vendían vino al por menor de manera clandestina, lo que llevaba a los bebedores a alejarse de los mostradores públicos y entrar en las bodegas para consumir vino, dificultando la creación de un padrón contributivo auténtico
En un acto de desesperación logística, la ciudad de Écija solicitó a Marchena dos mil arrobas de vino para las tropas francesas estacionadas allí. El ayuntamiento de Marchena, ya mermado por los saqueos, se encontraba en una situación desgarradora: cumplir con la demanda y agravar la ya tensa situación de sus suministros, o negarse y enfrentar posibles represalias.
Mientras tanto, la vida en Marchena intentaba continuar con cierta normalidad. Se estableció que el precio de venta del cuartillo de vino oscilara entre diez y doce cuartos, una medida que reflejaba la necesidad de mantener algún control económico en medio de la incertidumbre. El Cuerpo Capitular y los electores parroquiales se vieron obligados a tomar decisiones difíciles para la instalación de puestos de venta al público, buscando equilibrar la regulación con la necesidad de recursos.
NUEVO DATOS SOBRE HISTORIA DEL VINO EN MARCHENA
Marchena Secreta ha localizado datos inéditos sobre historia del vino en Marchena marcada por conflictos entre el clero y el poder civil. Datos que se incorporan a las rutas de la Marchena Secreta.
En 1645, Fernando García Bueno, un residente de Sevilla, fue el único forastero autorizado a vender vino y gestionar tabernas en Marchena y Paradas, tras adquirir este derecho del Duque de Arcos por 40.000 reales. De enero a abril, sólo se vendía el vino producido localmente, pero una vez agotadas estas reservas, se permitía la venta de vino externo en las tabernas públicas.
El clero jugó un papel crucial en la producción de vino, especialmente porque lo utilizaban para la misa. Sin embargo, con la llegada de los Borbones en el 1700, las leyes se volvieron más restrictivas para la iglesia, que comenzó a perder privilegios, incluyendo el control sobre el vino. Esto llevó a un conflicto notable en 1736, cuando cinco sacerdotes cosecheros de Marchena, en representación de la Iglesia y los productores locales, demandaron al Duque para romper su monopolio en la venta y precio del vino.
Un incidente particularmente llamativo ocurrió cuando el arrendador de las tabernas de Paradas, Cristóbal Torres, denunció que alguien estaba introduciendo ilegalmente vino de fuera. Cuando el corregidor confrontó a un cura sospechoso, este, en lugar de acatar la orden de arresto, huyó tras amenazar al corregidor con una escopeta. Posteriormente, se encontraron más de 650 litros de vino en su casa.
COSECHEROS DE VINO EN MARCHENA EN 1670
Numerosos pequeños cosecheros de vino aparecen en el aforo de Marchena de 1670 con indicación de nombre, calle donde vivían y cantidad de vino que tenían almacenado y habían consumido expresado en arrobas. Si un cosechero había consumido todo su vino se entendía gastado todo su aforo.
Así encontramos en la Plaza de Abajo, Pza Vieja, a Francisco Ponce Fontanilla en la Calle Cuesta Juan Rodríguez Jerezano y Antonio de Rueda en la calle Sevilla, Sebastián Navarro, en la calle Carreño Pedro Lebron, calle Buendía Diego Jiménez heredero de Diego Calvo, en la calle Verduga y San Miguel Antonio Alcalá Zapatero, en la calle Estudio Francisco López Romero en la calle Conejero isabel Ruiz, viuda de Sebastián Jiménez, en la calle Bachiller Antonio Sánchez Santaella el la calle Boteros de alférez en la calle Cantarerías Viejas, Marcos Conejero y Juan Del Hierro, en la calle Bolaños, hoy Huerta Gavira Lucas de Rueda, Francisco Lucas de Rueda, Catalina Buzón viuda de Francisco de Álvarez y juan Moreno en la calle La Luna, Luis Barrera, en la calle Cochinos Pedro Montero, Francisco Lucas de Rueda y viuda de Francisco de Alvarez,y Juan Moreno.
Documentos del Fondo Osuna. Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional
Joaquín Sabina no solo se despide de los escenarios, sino de una forma de vivir la música. La gira “Hola y Adiós”, que arrancó en mayo y recorrerá buena parte de España hasta finales de noviembre de 2025, marca el punto final a una carrera que ha cruzado generaciones, acompañado de versos afilados, ternura bohemia y un sombrero que ya es historia de la canción española.
Con casi 76 años, Sabina pisa por última vez las tablas de grandes recintos con un tour que ya se ha convertido en fenómeno sentimental. No es solo un adiós al artista, sino a todo un modo de entender la canción: la mezcla de poesía, calle, humor y melancolía que él supo convertir en patrimonio emocional colectivo.
Una gira que es un mapa sentimental
El viaje arrancó el 1 de mayo en Las Palmas y pasará por Madrid, Málaga, Zaragoza, Pamplona, Murcia, Gijón, Sevilla, Úbeda, Granada, Barcelona, Valencia y Bilbao, entre otras ciudades. Las entradas se agotaron en minutos en muchas fechas. Las actuaciones de Madrid (19 de mayo, 2 y 4 de junio, y varias más en octubre y noviembre) han sido especialmente esperadas, pero el tramo más emotivo promete ser el de Andalucía, con paradas clave en Málaga, Sevilla (2, 4 y 6 de septiembre) y Granada (25 y 27 de septiembre).
En total, más de 30 conciertos para cerrar el círculo con su gente, en una gira que ha sido definida por el propio Sabina como «la última vuelta de un coche que ha vivido demasiadas curvas como para no amar el riesgo».
El repertorio de toda una vida
El concierto es una sucesión de clásicos que suenan a despedida: 19 días y 500 noches, Y sin embargo, Peces de ciudad, Contigo, Calle Melancolía, Nos sobran los motivos… Y entre canción y canción, Sabina no deja de conversar con el público, entre bromas, confidencias y agradecimientos. No hay poses, solo la humanidad descarnada de alguien que ha vivido para cantar y que ahora canta para despedirse.
Un artista irrepetible
Con su inconfundible voz rasgada y su mirada entre pícara y melancólica, Joaquín Sabina ha sido mucho más que un cantautor. Ha sido cronista de nuestras derrotas y defensor del arte de vivir sin pedir permiso. Poeta urbano, provocador de salón, testigo del amor que se va y la amistad que se queda. En esta gira, también nos da eso: la posibilidad de decirle gracias, de pie, con los ojos húmedos.
Dónde y cómo conseguir entradas
Las entradas están disponibles en su web oficial www.jsabina.com y en www.holayadioslagira.es, con precios que oscilan entre los 57 y los 135 euros más gastos de gestión. La mayoría de fechas están ya agotadas o en preventa, por lo que los fans deberán estar muy atentos si quieren formar parte de este adiós.
¿El final?
Aunque esta gira supone su retirada oficial de los grandes escenarios, Sabina ha dejado la puerta entreabierta a «conciertos puntuales» si la vida —y las musas— le animan. Porque como dijo en su concierto de Sevilla: “Hay adioses que suenan a hasta luego”.
La provincia de Sevilla se sitúa entre las regiones españolas con más bienes patrimoniales incluidos en la Lista Roja de Hispania Nostra, una herramienta que alerta sobre el grave estado de deterioro y el riesgo de desaparición de monumentos históricos en todo el país. El último en engrosar este alarmante inventario ha sido la Ermita de Nuestra Señora de la Hiedra, en Constantina, una joya barroca entre pinares que agoniza por la desidia y el paso del tiempo.
Este listado, lejos de ser anecdótico, pone de relieve una realidad preocupante: iglesias, conventos, palacios, torres, haciendas y puentes históricos están siendo devorados por la vegetación, el abandono o el vandalismo, sin que exista un plan institucional efectivo para su rescate. Y es que, en muchos casos, estos elementos se encuentran en zonas rurales o de difícil acceso, donde la inversión pública y la atención mediática brillan por su ausencia.
Entre los bienes sevillanos incluidos en la Lista Roja figuran algunos enclaves tan conocidos como el Palacio Pumarejo de Sevilla capital o el Puente de Alfonso XIII, también llamado Puente de Hierro. Otros, en cambio, permanecen casi olvidados: la Hacienda de Ibarburu y la Torre de los Herberos en Dos Hermanas, el Castillo Árabe de Morón de la Frontera, o la Torre del Águila en Utrera. En Marchena, el deterioro avanza sobre los muros del convento de Santa Eulalia, vestigio del barroco conventual andaluz.
La Lista Roja, sin embargo, no es solo un espacio de denuncia. Es también un llamamiento a la acción, una llamada a la ciudadanía, a las administraciones públicas y a la iniciativa privada para salvar lo que aún puede rescatarse. Hispania Nostra, junto a numerosos colectivos locales de defensa del patrimonio, insiste en la necesidad de un compromiso real y urgente. No basta con lamentar pérdidas irreparables cuando ya es tarde.
Estos son algunos de los monumentos de la provincia sevillana que actualmente figuran en la Lista Roja:
Ermita de Nuestra Señora de la Hiedra – Constantina
Capilla del Hospital de San Lázaro – Sevilla
Palacio de Juan de Córdoba Centurión – Lora de Estepa
El Torbiscal – Utrera
Palacio Pumarejo – Sevilla
Santa Eulalia
Puente de Alfonso XIII o Puente de Hierro – Sevilla
Torre de los Herberos – Dos Hermanas
Hacienda Ibarburu – Dos Hermanas
Molino de San Juan de Teatinos – Sevilla
Torres de la Inmaculada Concepción («Las Gemelas») – Écija
Convento de Santa Eulalia – Marchena
Castillo Árabe – Morón de la Frontera
Torre de Santa Lucía – Mairena del Alcor
Cilla de los Canónigos o de la Cruz Dorada – Morón de la Frontera
Puente de Gandul – Alcalá de Guadaíra
Cortijo cerealista de Luchena – Mairena del Alcor
Hacienda de Peromingo Alto – Carmona
Molino harinero de San Pedro – Mairena del Alcor
Hacienda La Mejorada Baja – Los Palacios y Villafranca
Real Monasterio de Santa Inés del Valle – Écija
Torre del Águila – Utrera
Torre de Lopera – Utrera
Conjunto histórico Cerro de San Cristóbal – Estepa
Ermita de Castilleja de Talhara – Benacazón
Cada uno de estos lugares encierra siglos de historia, arte y memoria colectiva. Su abandono no solo implica la pérdida de belleza o de turismo: es la desaparición silenciosa de nuestras raíces.
El pleno municipal celebrado ayer trató la renuncia de los concejales del Partido Popular, Francisco José Carmón Guisado y José López Pérez. Todos los grupos lamentaron la marcha de los ediles, destacando la importancia de su labor como representantes del pueblo. Desde Izquierda Unida y Unidos por Marchena se agradeció su dedicación y se les deseó lo mejor. El Grupo Vox calificó la situación de “malísima noticia” y denunció presiones económicas y judiciales hacia la oposición, mencionando deudas personales de hasta 25.000 euros en nóminas de algunos concejales.
Estas dimisiones han dejado vacantes cinco escaños correspondientes al PP, lo que significa que actualmente el partido no cuenta con representación activa en el pleno municipal.
Por su parte, la Alcaldesa negó cualquier persecución política, señalando que la renuncia se debe a la obligación de devolver fondos municipales «no justificados».
Liquidación presupuestaria del ejercicio 2024
Se presentó la liquidación presupuestaria del ejercicio económico 2024. El interventor detalló que los ingresos ascendieron a 25.294.553 euros y los gastos a 24.082.084 euros, lo que generó un superávit no financiero de 449.000 euros y un superávit financiero neto de 246.000 euros. Además, el Ayuntamiento cerró el año sin deuda y con un remanente de tesorería de 5.542.000 euros. El periodo medio de pago a proveedores fue de 14,45 días. El ahorro neto ajustado alcanzó los 3.920.000 euros, lo que permite mantener la capacidad de financiación y endeudamiento de la entidad local1.
Modificación presupuestaria para inversiones El pleno aprobó inicialmente una modificación presupuestaria de 116.045 euros, con cargo al remanente positivo de tesorería, destinada a mejora paisajística y funcional de talud en la zona infantil de la calle Virgen de Guadalupe (78.045 euros).
Reparación y puesta en circulación de un vehículo para el área de movilidad (12.000 euros). Adquisición de un vehículo para distintas áreas municipales (26.000 euros)
Vox criticó el gasto continuado en la zona de los toboganes y la piscina, señalando que ya se han invertido cerca de cinco millones de euros en la Piscina cubierta y reclamando más atención a otras necesidades del municipio, como la limpieza de calles y el estado de los polígonos industriales. Izquierda Unida y Unidos por Marchena consideraron que las inversiones eran necesarias y apoyaron la propuesta.
La Plaza de San Sebastián de Marchena se prepara para acoger los días 30 y 31 de mayo de 2025 la IV edición de la Gran Caracolá, una cita gastronómica y festiva que se ha convertido ya en tradición en el calendario primaveral del municipio.
Organizada por la Pontificia, Real Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Dulce Nombre de Jesús, María Santísima de la Piedad y San Juan Evangelista, la Caracolá ofrecerá un ambiente animado con caracoles a precios populares, actuaciones musicales y un variado ambigú. El evento cuenta además con la colaboración del Excmo. Ayuntamiento de Marchena.
La cita arrancará el viernes 30 a partir de las 21:00 horas con la actuación de la Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús, que llenará la plaza de sones cofrades al anochecer. Ya el sábado 31, desde las 13:00 horas, será el turno del grupo de flamenco-fusión Maraké, que pondrá el broche musical a una jornada pensada para disfrutar en familia o con amigos.
Uno de los principales atractivos culinarios de la fiesta serán los caracoles preparados por la reconocida Taberna “José el Tontorrón” de Paradas, cuya receta tradicional es ya un reclamo para los aficionados a esta delicia primaveral.
Ambiente festivo, gastronomía popular y música en directo son los ingredientes de esta IV Gran Caracolá, que promete llenar de vida el corazón de Marchena y celebrar con alegría el inicio del verano.
El programa Espacio Protegido de Canal Sur Televisión ha dedicado un amplio reportaje a la agrupación ecologista El Taller Verde – Ecologistas en Acción Marchena, destacando su labor pionera en la reforestación de vías pecuarias.
Desde hace más de 30 años, la agrupación ecologista El Taller Verde – Ecologistas en Acción Marchena ha transformado las vías pecuarias y caminos públicos del municipio en auténticos corredores verdes.Con más de 20.000 árboles y arbustos autóctonos plantados, su labor ha sido reconocida por su impacto en la recuperación de la biodiversidad y la conciencia ambiental local.
La asociación cuenta con un vivero propio de plantas autóctonas y una sede cedida por el Ayuntamiento de Marchena, que funciona como centro de educación ambiental y punto de encuentro para la ciudadanía.Allí se organizan talleres, charlas y se coordinan las campañas de reforestación participativa, abiertas a voluntarios de todas las edades.
En su 36ª campaña de reforestación, celebrada en febrero de 2025, se plantaron 547 árboles en la Vía Verde, especialmente en el tramo del Portichuelo.Actualmente, la asociación ha iniciado la temporada de riegos participativos para asegurar el crecimiento saludable de las plantaciones.Los voluntarios interesados en colaborar pueden acudir a las jornadas organizadas en la Vía Verde.
Además de su labor de reforestación, El Taller Verde ha habilitado espacios para la fauna local, como nidos para lechuzas, y ha promovido la plantación de árboles en memoria de seres queridos, fortaleciendo el vínculo entre la comunidad y la naturaleza.
Este fin de semana, las hermandades del Rocío de Osuna y Marchena reanudan su tradicional peregrinación conjunta hacia la aldea almonteña, una unión que simboliza la hermandad y la devoción compartida de ambas localidades.
La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Osuna iniciará su camino el sábado 31 de mayo, tras la Misa de Romeros celebrada a las 9:00 h en la Iglesia del Carmen.El recorrido por Osuna incluirá visitas al Convento de la Purísima Concepción, el Ayuntamiento, la Iglesia de Santo Domingo y la Ermita de San Arcadio, patrón de la localidad.Posteriormente, la comitiva se dirigirá hacia La Puebla de Cazalla, donde se espera su llegada el domingo por la mañana.
Por su parte, la Hermandad del Rocío de Marchena partirá el domingo 1 de junio, tras la Misa de Romeros en la Iglesia de San Sebastián.Durante su recorrido, visitarán la Iglesia de Santa Clara, la Iglesia de Santo Domingo, el Convento de San Andrés y la residencia de ancianos de la localidad.La comitiva marchenera se unirá a la de Osuna en la Venta La Rueda, en Paradas, alrededor de las 18:00 h del mismo día.
Ambas hermandades continuarán juntas su peregrinación, compartiendo caminos y vivencias hasta llegar a la aldea del Rocío.Está previsto que crucen el Vado del Quema el viernes 6 de junio sobre las 10:30 h y entren en Villamanrique del Condado alrededor del mediodía.El sábado 7 de junio, a las 8:00 h, iniciarán la travesía por la Raya Real, con llegada al Puente del Ajolí prevista para las 13:45 h.La presentación de sus simpecados ante la Hermandad Matriz de Almonte está programada para las 21:00 h del mismo día .
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